El pasado sábado día 8 de septiembre quisimos tener en la Parroquia una Celebración muy especial: la de homenaje, despedida y acción de gracias por el ministerio de Don Jaime tras sus casi dieciséis años al frente de nuestra comunidad. Por ello, a las 12 de la mañana nos reunimos en la Basílica para celebrar la Eucaristía.
La Basílica estaba, como se dice popularmente, "a reventar" y, además, quisieron sumarse a la celebración buena parte de los sacerdotes del arciprestazgo de O Lérez, encabezados por D. Vicente Cerdeiriña, el arcipreste, y otros sacerdotes amigos de D. Jaime y de la parroquia, como D. Carlos Álvarez, Rector del Seminario Mayor de Santiago de Compostela, D. Manuel Couceiro Cachaldora, párroco de Nosa Señora de A Xunqueira y de Fontecarmoa, y D. Óscar Valado, sacerdote diocesano que ahora mismo está realizando estudios en Roma, junto a nuestro parroquiano D. Ricardo.
Fue una celebración muy emotiva, en la que Don Jaime estuvo arropado por el cariño de todos sus feligreses. Este cariño se demostró no sólo en la gran participación, sino también a través de los cantos y con el regalo que quiso ofrecerle la parroquia al final de la celebración: una placa del Cristo del Buen Viaje, lo primero que él veía por la ventana de su cuarto - como comentó en alguna ocasión - y una auténtica metáfora del buen viaje que le deseamos hacia su nueva etapa pastoral en la parroquia de Santa María y Santiago de A Coruña.
La Basílica estaba, como se dice popularmente, "a reventar" y, además, quisieron sumarse a la celebración buena parte de los sacerdotes del arciprestazgo de O Lérez, encabezados por D. Vicente Cerdeiriña, el arcipreste, y otros sacerdotes amigos de D. Jaime y de la parroquia, como D. Carlos Álvarez, Rector del Seminario Mayor de Santiago de Compostela, D. Manuel Couceiro Cachaldora, párroco de Nosa Señora de A Xunqueira y de Fontecarmoa, y D. Óscar Valado, sacerdote diocesano que ahora mismo está realizando estudios en Roma, junto a nuestro parroquiano D. Ricardo.
Fue una celebración muy emotiva, en la que Don Jaime estuvo arropado por el cariño de todos sus feligreses. Este cariño se demostró no sólo en la gran participación, sino también a través de los cantos y con el regalo que quiso ofrecerle la parroquia al final de la celebración: una placa del Cristo del Buen Viaje, lo primero que él veía por la ventana de su cuarto - como comentó en alguna ocasión - y una auténtica metáfora del buen viaje que le deseamos hacia su nueva etapa pastoral en la parroquia de Santa María y Santiago de A Coruña.
Palabras de D.Jaime al finalizar la celebración del sábado 8 de septiembre en la Basílica
Ante vosotros y con vosotros, doy gracias a Dios de todo corazón por los 15 años de mi ministerio sacerdotal en esta parroquia de Santa María la Mayor, que hoy pongo definitivamente en las manos de su amor fecundo y misericordioso.
Os doy nuevamente las gracias, queridos feligreses de Santa María de esta ciudad de Pontevedra, por el afecto y la gratitud que, generosamente me habéis manifestados en estas últimas semanas, especialmente en estos últimos días de despedida.
Habéis conseguido que me viera rodeado del afecto de todos, me habéis confortado y conmovido. No creo que pueda haber otra experiencia más hermosa, que un sacerdote verse rodeado del amor de su pueblo.
Que Santa María, el Apóstol Santiago y el Beato Daniel, nos asistan en nuestro camino.
Hasta que Dios quiera.
Os doy nuevamente las gracias, queridos feligreses de Santa María de esta ciudad de Pontevedra, por el afecto y la gratitud que, generosamente me habéis manifestados en estas últimas semanas, especialmente en estos últimos días de despedida.
Habéis conseguido que me viera rodeado del afecto de todos, me habéis confortado y conmovido. No creo que pueda haber otra experiencia más hermosa, que un sacerdote verse rodeado del amor de su pueblo.
Que Santa María, el Apóstol Santiago y el Beato Daniel, nos asistan en nuestro camino.
Hasta que Dios quiera.
Tras la celebración de la Eucaristía, nos reunimos en la Casa Diocesana de Espiritualidad para jóvenes "Raíña da Paz", en la que tantos momentos habíamos compartido ya con D. Jaime, para celebrar la comida fraterna y la parte más festiva de este homenaje. Fuimos alrededor de 250 personas las que nos acercamos a Salcedo para disfrutar de una tarde maravillosa en la que D. Jaime siguió recibiendo regalos y muestras de cariño de toda la comunidad y, en general, de toda la ciudad, representada no sólo por parte de sus sacerdotes, sino también por el Alcalde y por una representante de la Diputación.
GRACIAS POR TODO, D. JAIME