
Pero esta irrupción imparable de las nuevas tecnologías tiene sus
repercusiones negativas, por lo que conviene, creo yo, analizar
críticamente sus evidentes beneficios, pero también los peligros que
conlleva su uso abusivo.
Para empezar, estamos más controlados. A través del móvil el Gobierno
conoce nuestros movimientos, nuestros hábitos, nuestros gustos y hasta
nuestras conversaciones. Con el pago a través de tarjeta se pueden
rastrear sin problemas nuestras preferencias: qué comida nos gusta, en
qué actividades pasamos el tiempo de ocio, dónde viajamos… datos que no
nos preocupa que sean públicos y otros muchos que no queremos que salgan
del ámbito estrictamente privado. Es una invasión silenciosa en
nuestras vidas. Lo curioso es que la aceptamos encantados mientras nos
declaramos furibundos defensores de la intimidad y de la libertad de
movimientos.
Uno de los ámbitos en los que me parece más cuestionable el uso
indiscriminado de las TIC’s es en la educación. Reconozco que soy hijo
de una escuela en la que todo el sistema pivotaba sobre dos ejes:
lectura comprensiva y cálculo. Todo lo demás derivaba del dominio de
estas materias troncales. Los libros tenían pocas fotografías y ningún
color. Eran de todo menos atractivos y se necesitaba voluntad para
estudiar. El uso de los medios audiovisuales es un paso de gigante para
facilitar y mejorar el aprendizaje.
Pero corremos el riesgo de identificar calidad de enseñanza con uso
masivo de los ordenadores en el aula. Y un colegio no es mejor por el
hecho de que no haya libros de texto. No pocos especialistas alertan de
lo difícil que es que un niño acepte como material de estudio el mismo
instrumento con el que juega o se comunica con sus amigos.
Además, se necesita un aprendizaje específico para un uso adecuado de
toda nueva tecnología. Internet facilita enormemente las cosas. Pero no
enseña a trabajar de modo científico. La tentación es que muchos
estudiantes han sustituido mi binomio lectura-cálculo por el par
copia-pega. Incluso en la universidad.
Mis hijas no volverán a subrayar un libro de texto. Quemarán los ojos
en una pantalla y no sobre un papel. Las TIC´s son un maravilloso medio
para facilitar el aprendizaje. Pero nunca deberían convertirse en un
fin.
Antonio Gutiérrez
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño