
Comentaba José Cobo, obispo auxiliar de Madrid, que queda mucho dolor
que acompañar, y que la Iglesia quiere seguir poniendo humanidad en el
cuidado a las familias, a todos los dolientes, quiere “decirle a las
familias que no están solas, que la Iglesia vela y reza por sus
difuntos, porque eso es lo que sabemos hacer y queremos hacer en la
Iglesia. Es un momento para, más que nunca, cuidarnos los unos a los
otros e intentar ayudar para, desde la oración y la presencia de la
Iglesia, humanizar este drama”.
En este artículo, que compartimos de Vida Nueva, leemos que España
contiene un gran llanto y espera a que acabe el confinamiento y pase
este estado de alarma para salir a abrazarse y para mirar al dolor a la
cara. En este duelo sin consuelo, al lado de todos y cada uno, está y
estará la Iglesia para acoger, acompañar, escuchar, ayudar, sanar… Y el
Centro Diocesano de Escucha San Camilo se pone también al servicio de
los dolientes, aportando su granito de arena en la humanización de este
drama que todos estamos viviendo.
Susana Doval Rodríguez.
Centro Diocesano de Escucha San Camilo.
Archidiócesis de Santiago de Compostela.
Centro Diocesano de Escucha San Camilo.
Archidiócesis de Santiago de Compostela.
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño