
En Iconio los apóstoles fueron a la sinagoga y convencieron a una
multitud de personas, pues el Señor acreditaba las palabras de Pablo y
Bernabé con milagros que les concedía realizar. Sin embargo algunos
aferrados al judaísmo, intentaron ultrajarlos y apedrearlos: de ahí que
los apóstoles se desplacen a Listra y a Derbe.
En Listra, Pablo cura a un lisiado, mandándole ponerse de pie. Las
turbas, paganas, consideraron que Pablo y Bernabé eran Zeus y Hermes y
querían ofrecerles sacrificios. A los apóstoles les costó convencerles
de que eran hombres como ellos, y que deseaban tan solo aconsejarles que
abandonaran la dedicación a las realidades terrenas, para volverse al
Dios creador de todo lo que existe. Llegaron entonces judíos de
Antioquía de Pisidia y de Iconio y lapidaron a Pablo, hasta darlo por
muerto. Sin embargo otras personas lo recogieron, y, al día siguiente,
él y Bernabé salieron para Derbe. Después de evangelizar a esta ciudad,
volvieron por Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia, para dirigirse
hacia el Sur, a Atalía, y embarcarse allí para volver a Antioquía de
Siria, de donde habían salido para realizar aquel Primer Viaje
Apostólico de Pablo. Al llegar comunicaron a aquella Iglesia cuánto Dios
había hecho con ellos, y cómo había abierto a los gentiles las puertas
de la fe.
José Fernández Lago
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño