

Las cifras oficiales hablan de 1.500.000 de personas diagnosticadas y 90.000 muertos, el 17% de ellos en España, el país del mundo con mayor tasa de fallecidos sobre población.
Detrás de cada caso hay la historia de personas que han sufrido el
dolor físico de la enfermedad, unido al dolor moral de la separación
repentina y, en algunos casos, definitiva al ingresar en el hospital.
Todo ese sufrimiento forma parte de los clavos de Cristo,
porque todo él tiene su misma explicación: Él hizo suyos en la Pasión
todos los males nuestros pasados, presentes y futuros para elevarlos al
Cielo como prenda de salvación, y los convierte así en fuente de consuelo y esperanza para quienes los padecen y para sus familiares y seres queridos.
ReligiónenLibertad