Pascua de Resurrección 2020
 
Queridos diocesanos:

A lo largo de estos días en medio de la incertidumbre que seguimos viviendo por causa de la pandemia del coronavirus, nos hemos mantenido unidos en la oración, pensando en tantas familias afectadas por el sufrimiento y encomendando a quienes el Señor ha llamado a su presencia en medio de no poco dolor, sin poder despedirles como sentíamos la necesidad de hacerlo. Tengo el convencimiento de que el apóstol Santiago, amigo del Señor, les habrá acompañado al Pórtico definitivo de la Gloria. Así lo he pedido.

No son momentos fáciles los que se nos avecinan también desde el punto de vista económico. Ya están llamando a las puertas familias y personas que se sienten agobiadas económicamente. La crisis la estamos percibiendo. Ante esto no podemos menos de recordar el pasaje referente a la primitiva comunidad cristiana en el que se nos dice que las personas estaban atendidas y “se repartían los bienes entre todos según la necesidad de cada uno” (Hech 2,42-47). Vemos ya que nuestras Cáritas están sobrepasadas por las muchas personas que han de ser atendidas. Por otra parte, los ingresos en las parroquias en esta temporada no es que hayan descendido, sino que no los ha habido, teniendo que afrontar los gastos ordinarios de su funcionamiento. Son momentos en los que debe prevalecer la generosidad, asumiendo la corresponsabilidad en el sostenimiento de la Iglesia y en la solidaridad con los pobres de cerca y de lejos. Mirar a los demás con los ojos del corazón es tratar de que nadie se quede atrás. En este sentido os hago una llamada a todos los diocesanos, también a las personas de buena voluntad, pidiéndoos vuestra colaboración económica en la forma en que creáis más oportuna y podáis hacerlo, y marcando la X en la declaración de la Renta. El cauce de esa posible aportación podría ser a través de la parroquia o de la Administración diocesana en nº de cuenta: ES25 2080  5155 9730 4006 2341 de ABANCA, o en el portal www.donoamiiglesia.es tratando de aliviar las consecuencias generadas por la pandemia. Esta es mi propuesta y petición que dejo a vuestra generosa consideración.

Os deseo un gozoso tiempo pascual pues “nada nos podrá separar del amor de Dios”, saludándoos con afecto y bendiciéndoos en el Señor.

+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela
pastoralsantiago.es
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