Queridos diocesanos:
A lo largo de estos días en medio de la incertidumbre que seguimos
viviendo por causa de la pandemia del coronavirus, nos hemos mantenido
unidos en la oración, pensando en tantas familias afectadas por el
sufrimiento y encomendando a quienes el Señor ha llamado a su presencia
en medio de no poco dolor, sin poder despedirles como sentíamos la
necesidad de hacerlo. Tengo el convencimiento de que el apóstol
Santiago, amigo del Señor, les habrá acompañado al Pórtico definitivo de
la Gloria. Así lo he pedido.
No son momentos fáciles los que se nos avecinan también desde el
punto de vista económico. Ya están llamando a las puertas familias y
personas que se sienten agobiadas económicamente. La crisis la estamos
percibiendo. Ante esto no podemos menos de recordar el pasaje referente a
la primitiva comunidad cristiana en el que se nos dice que las personas
estaban atendidas y “se repartían los bienes entre todos según la necesidad de cada uno”
(Hech 2,42-47). Vemos ya que nuestras Cáritas están sobrepasadas por
las muchas personas que han de ser atendidas. Por otra parte, los
ingresos en las parroquias en esta temporada no es que hayan descendido,
sino que no los ha habido, teniendo que afrontar los gastos ordinarios
de su funcionamiento. Son momentos en los que debe prevalecer la
generosidad, asumiendo la corresponsabilidad en el sostenimiento de la
Iglesia y en la solidaridad con los pobres de cerca y de lejos. Mirar a
los demás con los ojos del corazón es tratar de que nadie se quede
atrás. En este sentido os hago una llamada a todos los diocesanos,
también a las personas de buena voluntad, pidiéndoos vuestra
colaboración económica en la forma en que creáis más oportuna y podáis
hacerlo, y marcando la X en la declaración de la Renta.
El cauce de esa posible aportación podría ser a través de la parroquia o
de la Administración diocesana en nº de cuenta: ES25 2080 5155 9730 4006 2341 de ABANCA, o en el portal www.donoamiiglesia.es
tratando de aliviar las consecuencias generadas por la pandemia. Esta
es mi propuesta y petición que dejo a vuestra generosa consideración.
Os deseo un gozoso tiempo pascual pues “nada nos podrá separar del
amor de Dios”, saludándoos con afecto y bendiciéndoos en el Señor.
+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela
Arzobispo de Santiago de Compostela
pastoralsantiago.es