
En el hospital de Valdemoro, que disponía antes de la crisis de sólo 8
camas en la zona de urgencias, ahora es todo él una UCI. "Aunque se
están habilitando nuevos espacios para los diagnosticados por COVID-19
que requieran de supervisión (solo los casos graves), habrá un momento
en que no se podrán crear más", explicaban médicos del hospital. "Ya hemos llegado al límite. No podemos incrementar más camas. El espacio es el que hay". El
hospital lleva "al límite" desde el día 6. Faltan mascarillas, falta
personas del nivel técnico adecuado, faltan ambulancias adecuadas para trasladar enfermos...
Como explicaba el párroco de El Pilar de Valdemoro a ReL, "los diez curas de aquí debemos estar todos infectados ya".
Uno de esos curas es, desde el 1 de septiembre, el capellán del hospital (y bloguero de ReL) José Antonio Medina Pellegrini, que es también confesor en la parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad.
Uno de esos curas es, desde el 1 de septiembre, el capellán del hospital (y bloguero de ReL) José Antonio Medina Pellegrini, que es también confesor en la parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad.
Rosario a las 17.30 por los enfermos... junto con la capilla del hospital
Ahora el padre Medina invita a todos a orar el Rosario por los enfermos, los sanitarios y los difuntos a las 17.30 h, cada uno desde su lugar, sumándose al rosario que se reza en la capilla del Hospital de Valdemoro.

Antes de la crisis la vida espiritual era intensa en el hospital. Cada día en la capilla en la planta baja se rezaba el Santo Rosario y se escuchaban confesiones.
Los jueves a las seis de la tarde se rezaba una hora santa pidiendo al
Señor Sacramentado por todos los enfermos. Y los domingos y festivos, a
la misma hora, se celebraba la misa por esa intención. Todo eso ha
quedado reducido al mínimo con las nuevas instrucciones de la diócesis
de Getafe.

Cuando el paciente llama, el sacerdote está ahí, explicaba.
"Nos aproximamos según se nos permita. Los rituales permiten
adaptaciones según las circunstancias. Lo importante es que los familiares no tengan miedo de llamar al sacerdote para que el enfermo reciba la gracia de Dios en todas las circunstancias".

El padre Medina expresaba su admiración por el servicio constante y
abnegado del personal sanitario y de servicios del hospital. "Soy testigo, ponen alma, corazón y vida, con cuidado hasta el detalle de los enfermos".
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