En esta última jornada en Rumania el Santo Padre emprendió el vuelo
que lo condujo a la ciudad de Sibiu, donde viven poco más de ciento
cincuenta mil habitantes en esta región de Transilvania. En el Campo de
la Libertad, situado en la parte oriental de Blaj ha tenido lugar esta
mañana la divina liturgia con la beatificación de siete Obispos mártires
greco-católicos mártires durante la época comunista. Se trata de:
monseñor Iuliu Hossu, monseñor Vasile Aftenie, monseñor Ioan Bălan,
monseñor Valeriu Traian Frențiu, monseñor Ioan Suciu, monseñor Tit Liviu
Chinezu y monseñor Alexandru Rusu.
El Campo de la Libertad es un sitio especialmente significativo para
Rumaría: situado en la zona oriental de la ciudad de Blaj, cerca del
Seminario Teológico Greco-Católico, en mayo del año 1848, más de
cuarenta mil personas se reunían para afirmar su conciencia nacional y
pedir el reconocimiento del pueblo rumano como nación, la
libertad y la igualdad de derechos civiles. Blaj también es el memorial
del testimonio de los mártires católicos durante la dictadura comunista.
Los mártires, herencia de libertad y misericordia
Ante la presencia de, al menos, sesenta mil personas, entre los
cuales se encontraba el presidente de Rumanía y la Primera Ministra,
tras la solemne fórmula de beatificación, pronunciada en latín, y
festejada por el tañido de las campana de la ciudad, en el transcurso de
la divina liturgia, el Papa Francisco afirmó en su homilía que estos nuevos beatos “ante la feroz opresión del régimen, ellos manifestaron una fe y un amor ejemplar hacia su pueblo”,
y que con gran valentía y fortaleza interior, aceptaron ser sometidos a
un encarcelamiento severo y a todo tipo de ultrajes, con tal de no negar su pertenencia a su amada Iglesia.
Estos pastores, mártires de la fe, han recuperado y dejado al pueblo
rumano una preciosa herencia que podemos resumir en dos palabras:
libertad y misericordia”.
Luchar contra las nuevas ideologías
El Santo Padre animó a los fieles “a llevar la luz del Evangelio a nuestros contemporáneos y a seguir luchando, como estos beatos, contra estas nuevas ideologías que surgen”.
Y les deseó que sean “testigos de libertad y de misericordia, haciendo
prevalecer la fraternidad y el diálogo ante las divisiones, incrementando la fraternidad de la sangre,
que encuentra su origen en el período de sufrimiento en el que los
cristianos, dispersos a lo largo de la historia, se han sentido cercanos
y solidarios”. “Que los acompañen en su camino –concluyó Francisco– la
materna protección de la Virgen María y la intercesión de los nuevos
beatos”.
Los nuevos beatos
La mayoría de ellos sufrieron cárcel y tortura en los años previos a
que Nicolás Ceasucescu se convirtiera en el máximo responsable del país,
cargo que asumió en 1967 hasta que fue ejecutado en 1989. Previamente,
entre 1965 y 1989, había sido secretario general del Partido Comunista
rumano. Cuando en 1945 finalizó la II Guerra Mundial, comenzó una
durísima persecución contra los greco-católicos.
Iuliu Hossu
Nació el 30 de enero de 1885 en Milas, hijo de sus padres Ioan,
sacerdote, y Victoria. En 1904 comenzó sus estudios teológicos en el
Colegio de Propaganda Fide de Roma. En 1906 y 1908 se doctoró en
filosofía y teología respectivamente. El 27 de marzo de 1910 fue
ordenado sacerdote por el obispo Vasile Hossu. En Lugoj ocupó los cargos
de protocolista, archivero, bibliotecario y finalmente vicario y
secretario episcopal. El 3 de marzo de 1917 fue nombrado obispo de la
eparquía greco-católica de Gerla en Transilvania, que quedó vacante,
mientras ejercía el ministerio de capellán militar. El 1 de diciembre de
1918, proclamó la Declaración de la Unidad de Rumanía en la llanura de
Blaj, que sancionaba la separación de Transilvania del Imperio
Austro-Húngaro y la unificación con Moldavia y Valaquia en el naciente
estado rumano.
En 1930 la eparquía de Gherla cambió su nombre a Cluj-Gherla,
trasladando su centro a la ciudad de Cluj Napoca. Aquí hubo un período
de ocupación entre 1940 y 1944. El 28 de octubre de 1948, el obispo
Hossu fue arrestado por el gobierno comunista y llevado a Dragoslavele.
Posteriormente fue trasladado al Monasterio Ortodoxo de Caldarusani y en
1950 a la Penitenciaría de Sighetul Marmatiei. En 1955 llegó a Curtea
de Arges, en 1956 al monasterio de Ciorogarla y finalmente de nuevo a
Caldarusani.
Así escribía en agosto de 1961, mientras estaba encerrado a la fuerza, en las primeras páginas de sus memorias: "Tu
amor, Señor, no he podido quitármelo; el me basta: te pido perdón por
todos mis pecados y te doy gracias con todo mi ser por todo lo que me
has dado, tu siervo indigno". Iuliu Hossu fue privado de toda
libertad hasta su muerte el 28 de mayo de 1970 en el Hospital Colentina
de Bucarest, donde sus últimas palabras fueron: "Mi batalla ha
terminado, la vuestra continúa". El Papa Pablo VI le creó cardenal "in
pectore" en 1969, el primero de nacionalidad rumana, y luego hizo
público su nombramiento en 1973, tres años después de la muerte del
pastor.
Vasile Aftenie
Nació el 14 de junio de 1899 en Lodroman, hijo de Petru y Agafia. En
1919 se matriculó en la Facultad de Teología y fue enviado a estudiar al
Colegio Griego de San Atanasio en Roma. En 1925 obtuvo un doctorado en
filosofía y teología tras el cual regresó a casa. El 1 de enero de 1926
fue ordenado sacerdote por el Metropolitano Vasile Suciu. Después de un
mes fue nombrado profesor de la Academia de Teología Blaj.
El 1 de octubre de 1939 fue nombrado rector de la mencionada Academia
Teológica. En abril de 1940 fue elegido obispo titular de Ulpiana,
recibiendo el cargo de auxiliar del metropolita Alexandru Nicolescu,
obispo de Fagaras y Alba Julia. La consagración episcopal tuvo lugar el 5
de junio de 1940 en la catedral de Blaj. Regresó a Bucarest como
Vicario Obispo.
Tras varios intentos frustrados de comprometerlo, fue finalmente
arrestado el 28 de octubre de 1948 por el régimen comunista. Junto con
otros cinco obispos greco-católicos fue llevado a Dragoslavele y luego
al Monasterio Ortodoxo de Caldarusani, transformado en un campo de
concentración. En mayo de 1949 fue trasladado y aislado en el Ministerio del Interior, donde sufrió terribles torturas. Mutilado y con la barba arrancada, fue encerrado en la prisión de Vacaresti, donde murió el 10 de mayo de 1950. Fue enterrado en el cementerio católico de Belu con un rito religioso oficiado por un sacerdote católico romano.
Monseñor Balan fue encarcelado directamente, ni si quiera juzgado. Entre sus delitos no pasarse a la religión Ortodoxa
Ioan Balan
Nació en Teius el 11 de febrero de 1880. Realizó estudios de teología
en el seminario central de Budapest. En 1903 fue ordenado sacerdote y
continuó sus estudios en Viena. En 1909 se trasladó a Bucarest, donde
necesitaban un confesor greco-católico. En 1919 regresó a Blaj
convirtiéndose de nuevo en su canónigo metropolitano y dos años más
tarde en rector de la Academia de Teología. En 1929 fue nombrado miembro
de la Comisión Vaticana que debía redactar el nuevo Código de Derecho
Canónico de las Iglesias Orientales.
En noviembre de 1936 fue consagrado obispo de Lugoj, tras el nombramiento del obispo Alexandru Nicolescu como Metropolitano. Se
negó a trasladarse a la ortodoxia, compartió la suerte de otros obispos
greco-católicos y fue detenido el 28 de octubre de 1948 a las 15 horas. Fue llevado al Palacio Patriarcal de Dragoslavele y luego al Monasterio de Caldarusani en febrero de 1949.
De allí fue trasladado de nuevo a la penitenciaría de Sighetul
Marmatiei en mayo de 1950. Cinco años más tarde se vio obligado a vivir
en el Monasterio de Curtea de Arges. En 1956 fue trasladado al
Monasterio de Ciorogarla, cerca de Bucarest, donde permaneció aislado
hasta el final de su vida terrenal. Estaba gravemente enfermo,
murió en un hospital de Bucarest el 4 de agosto de 1959 y fue enterrado
en el cementerio católico de Belu. Nunca fue juzgado y, en consecuencia, nunca fue condenado.
Valeriu Traian Frentiu
Nació el 25 de abril de 1875 en Resita, de su padre Ioachim,
sacerdote, y de su madre Rozalia. Estudió teología en Budapest entre
1894 y 1898, y fue ordenado sacerdote el 28 de septiembre de 1898. En
1902 obtuvo su doctorado. Trabajó en la Eparquía de Lugoj como
canciller, párroco y vicario, hasta el 4 de noviembre de 1912, a la edad
de sólo 37 años, cuando fue nombrado obispo. El 25 de febrero de 1922
fue trasladado a la sede episcopal de Oradea, donde el 3 de mayo del
mismo año tomó posesión de la diócesis.
Después de la muerte del metropolita Alexandru Nicolescu en 1941,
Mons. Frentiu fue transferido de nuevo, como Administrador Apostólico, a
la Arquidiócesis de Alba Iulia y Fagaras, que gobernó durante todo el
período de la Segunda Guerra Mundial. En 1947 regresó a Oradea, donde
fue detenido el 28 de octubre de 1948. Fue llevado primero al campo de
concentración de Dragoslavele y luego, en febrero de 1949, al Monasterio
de Caldarusani.
En 1950 terminó en la penitenciaría de Sighetul Marmatiei,
donde no pudo soportar la crueldad perpetrada por el régimen y murió el
11 de julio de 1952. Al igual que otros obispos que murieron en
Sighet, Valeriu Traian Frentiu también fue enterrado de noche, sin
ataúd, en la fosa común del Cementerio de los Pobres, para evitar
peregrinaciones a las tumbas de los mártires asesinados en Sighet.
"No os dejéis engañar por palabras vanas, por comités, por
promesas, por mentiras, sino que permanezcáis firmes en la fe por la que
vuestros padres", dijo monseñor Suciu a sus fieles antes de morir
Ioan Suciu
Nació el 4 de diciembre de 1907 en Blaj en el seno de una familia de
sacerdotes greco-católicos. Buen amigo de Tit Liviu Chinezu, estudiaron
teología juntos en Roma, en el Colegio Griego. Después de obtener su
doctorado en teología, después de seis años de estudio en el Instituto
Angelicum, fue ordenado sacerdote el 29 de noviembre de 1931. Luego
regresó a Blaj para ser profesor en la Academia de Teología.
El 6 de mayo de 1940 fue nombrado obispo auxiliar de Oradea Mare, con
el título de Moglena-Slatina en Bulgaria, como asistente de Mons.
Valeriu Traian Frentiu. La ordenación episcopal tuvo lugar el 22 de
julio de 1940. El 29 de agosto de 1941, el futuro cardenal Iuliu Hossu,
del que Iaon Suciu seguía siendo auxiliar, hizo su entrada como nuevo
obispo de Oradea. Mons. Valeriu Traian Frentiu volvió a Oradea en 1947,
pero Ioan Suciu fue destinado a la archidiócesis de Alba-Iulia y Fagaras
como administrador apostólico. El Obispo Suciu dio una serie de
conferencias en las principales ciudades del país, declarando la
imposibilidad de un acuerdo entre el cristianismo y el materialismo
ateo. Arrestado el 28 de octubre de 1948, fue llevado a Dragoslavele y
luego al Monasterio de Caldarusani.
En mayo de 1950 fue llevado al Ministerio del Interior y en
octubre del mismo año a la prisión de Sighetul Marmatiei, donde sufrió
hambre, frío, enfermedades y numerosas torturas. Allí murió el
27 de junio de 1953 en la celda número 44. Fue enterrado en el
cementerio de los pobres, y hasta la fecha no hemos sabido el lugar
exacto donde descansan sus restos mortales.
En dos cartas dirigidas a sus fieles en octubre de 1948 decía: "Para
la Iglesia Rumana Unida llegó el Viernes Santo. Ahora, queridos fieles,
tenemos la oportunidad de mostrar si pertenecemos a Cristo o si estamos
del lado de Judas, el traidor... No os dejéis engañar por palabras
vanas, por comités, por promesas, por mentiras, sino que permanezcáis
firmes en la fe por la que vuestros padres y vuestros antepasados han
derramado su sangre... No podemos vender a Cristo ni a la Iglesia... Si
toman sus Iglesias, oren al Señor, como lo hicieron los primeros
cristianos, cuando los emperadores paganos destruyeron sus lugares de
oración y quemaron sus libros sagrados". Estas palabras suyas
también resonaron en el Coliseo el 7 de mayo de 2000 con ocasión de la
Conmemoración Ecuménica de los Testigos de la Fe del siglo XX, presidida
por Juan Pablo II.
Tit Liviu Chinezu
Nació en 1904 en Huduc, hoy Maioresti. Su padre era un sacerdote
greco-católico. En 1925 comenzó sus estudios teológicos en Roma, en el
Colegio de San Atanasio. Después de obtener su doctorado en filosofía y
teología, fue ordenado sacerdote el 31 de enero de 1930. En 1931 regresó
a Blaj y fue nombrado profesor en la Escuela Normal de Profesores de
Primaria. En 1937 fue transferido a la Academia Teológica y en 1947 a
Bucarest como prototipo.
El 28 de octubre, fue arrestado y llevado al Monasterio de
Neamt, junto con otros 25 sacerdotes greco-católicos. Luego fue
transferido a Caldarusani, el 3 de diciembre de 1949 recibió la
ordenación episcopal de otros obispos cautivos. A pesar de
todas las precauciones tomadas para que el régimen no se enterara del
suceso, la noticia se difundió por igual y el nuevo obispo Tit Liviu
Chinezu fue trasladado a la penitenciaría de Sighetul Marmatiei.
Debido al trabajo forzoso, el hambre y el frío Tit Liviu Chinezu cayó
gravemente enfermo. Avisados los enfermeros de la prisión de su
situación - con la excusa de llevarlo a la enfermería - lo
trasladaron a una celda sin calefacción más grande, donde después de
sólo dos días, el 15 de enero de 1955, murió literalmente congelado por
el frío. Fue enterrado de noche, sin ataúd, en un lugar no
especificado del llamado Cementerio de los Pobres. Nunca había sido
juzgado y, en consecuencia, nunca había sido condenado.
Alexandru Rusu
Nació el 22 de noviembre de 1884 en Sãulia de Câmpie, de sus padres
Vasile, sacerdote, y Rozalia. En 1903 se trasladó a Budapest para
realizar estudios teológicos. Siete años más tarde obtuvo el doctorado
en teología y el 20 de julio de 1910 fue ordenado sacerdote. Fue
nombrado profesor y luego profesor titular de Teología Dogmática en la
Academia Teológica Blaj.
En 1920 fue nombrado Secretario Metropolitano y en 1923 Canónigo del
Capítulo Metropolitano. El 30 de enero de 1931 fue consagrado obispo de
Maramureș en Blaj por el metropolita Vasile Suciu y el 2 de febrero
entró en Baia-Mare. En marzo de 1946, el Sínodo Metropolitano eligió al
Obispo Alexandru Rusu como Metropolitano, elección reconocida por la
Santa Sede, pero no por el entonces gobierno dictatorial.
Detenido el 28 de octubre de 1948, fue llevado a Dragoslavele, en el
Monasterio de Caldarusani, y luego a Sighetul Marmatiei. También
sobrevivió en esta última penitenciaría y fue trasladado de nuevo a
Curtea de Arges y luego aislado en el Monasterio de Cocos. En
1957 fue condenado a 25 años de prisión por instigación y alta traición.
En 1963 enfermó y murió el 9 de mayo del mismo año en Gherla. Fue enterrado en el cementerio de la prisión sin ningún rito religioso.
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