
Mons Agrelo, franciscano del convento de Santiago y profesor de
liturgia en el Instituto Teológico Compostelano, se ha destacado en los
últimos años por su defensa decidida y pública de los derechos de los
emigrantes, lo que le ha valido no pocas críticas acerbas por parte de
los poderes públicos del Estado. Su compromiso lo ha llevado a repartir
personalmente comida y alimentos entre los emigrantes que se esconden en
los montes cercanos a la frontera con España. La situación es tan grave
que no duda en asegurar que cuando llegó a Tánger, hace ya 12 años,
“los emigrantes tenían unas posibilidades que hoy no tienen. Era más
fácil ayudarles. Y todavía irá a peor, viendo como están evolucionando
las sociedades occidentales, en las que se está utilizando a los
inmigrantes como catalizador de voluntades en una cierta dirección, para
hacer emerger movimientos que los rechazan”. Recuerda también que los
emigrantes que han sido rescatados en el Estrecho o han fallecido en el
intento por llegar a Europa “siempre son gente que ha estado con
nosotros, los tienes allí, forman parte de tu vida”.
En la entrevista mons. Agrelo hace hincapié también en el compromiso
del episcopado español en este tema y recuerda que “los obispos tienen
todos el mismo posicionamiento doctrinal en el asunto de la inmigración.
Y en el plano práctico institucional, en muchas diócesis se da esta
preocupación por los migrantes”. El arzobispo de Tánger tiene 77 años y
hace dos que el Papa prorroga su jubilación.
pastoralsantiago.es