En las palabras posteriores al rezo del Angelus este domingo en la Plaza de San Pedro, Francisco recordó la beatificación en Barcelona el día anterior de 16 mártires causados por el bando frentepopulista durante la Guerra Civil española (1936-1939): "Estos nuevos beatos fueron asesinados por su fe
en lugares y fechas diversos durante la guerra y la persecución
religiosa del siglo pasado en España. ¡Alabemos al Señor por su valiente
testimonio", dijo antes de pedir a los presentes "un aplauso para
ellos".
También se refirió al centenario del final de la Primera Guerra
Mundial, que se conmemora justo este 11 de noviembre: "Una severa
advertencia para rechazar la cultura de la guerra y buscar todo medio
legítimo para poner fin a los conflictos que siguen ensangrentando
varias regiones del mundo. ¡Parece que no aprendemos! ¡Invirtamos
en la paz, no en la guerra!". Puso el ejemplo de San Martín de Tours,
santo del día, quien rompió su abrigo para compartirlo con un pobre:
"Este gesto de solidaridad humana nos indica a todos el camino para
construir la paz".
En las palabras previas al Angelus para comentar el Evangelio del día, sobre la viuda pobre que da en el templo quitándose de lo que apenas tiene, Francisco la señaló como "modelo de vida cristiana"
frente a la “actitud de superioridad y vanidad” de los escribas, que
les lleva “a despreciar a quienes cuentan poco o se encuentran en una
posición económica desventajosa”. Dios “está claramente de la parte de
estos últimos”, subrayó.
Por eso pidió que seamos "recuperar lo que es esencial en nuestras vidas y fomentar una relación concreta y cotidiana con Dios”,
despojándonos de los superfluo "para ir a lo que realmente importa y a
permanecer humildes”. Así como Jesús "nos ha salvado gratuitamente, no
nos hizo pagar por la Redención, también nosotros debemos hacer las
cosas como expresión de gratuidad".
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