La Nueva Evangelización se sirve de numerosos carismas y métodos que tratan de llevar a los alejados a la Iglesia. Todos ellos coinciden en que pese a innovar en formas mantienen intacto el fondo, pues los jóvenes que acaban enganchándose a la Iglesia lo hacen por la radicalidad del mensaje evangélico.
Precisamente, la Adoración Eucarística se está convirtiendo en un elemento evangelizador de primer orden en jóvenes que buscan la esencia, lo radical y no copias baratas del mundo. Por ello, los pastores se están dando cuenta de que la adoración es una herramienta muy útil para retener a los jóvenes católicos y también para atraer a otros más alejados, pues el ambiente que se respira en estas vigilias convoca a cada vez más personas.

Cientos de jóvenes dejan las discotecas por la Iglesia
En Estados Unidos estas vigilias son cada vez más numerosas y empiezan a ser multitudinarias, lo que provoca un efecto llamada y como consecuencia el surgimiento de vocaciones. El cardenal Dolan presumía del retiro y la Hora Santa que los franciscanos de la Renovación organizan en Nueva York, donde la adoración es el centro de una serie de actividades que permite que los jóvenes tengan un contacto con Dios y les saca del mundo de la noche.

“Uno de los encuentros más exitosos de la archidiócesis es el que tiene lugar los sábados por la noche en una parroquia en el centro de la ciudad: atrae a miles de jóvenes adultos que rezan antes de la Eucaristía, se confiesan, cantan y acompañan a otros con los que comparten profundos valores católicos en una cultura y una ciudad que puede ser claramente antagonista. El nombre de sus reuniones es revelador: ¡Catholic Underground!¡Esta es la nueva minoría que da a su obispo tanta esperanza! ¡Ojalá su tribu aumente!”, escribía orgulloso el arzobispo de Nueva York.



Algo muy antiguo que forma parte de la nueva evangelización
Uno de estos participantes que quedó fascinado con la adoración es el ahora diácono Kareem Smith, que con 15 años acudió a una de estas vigilias y aunque había sido criado como católico quedó cautivado esa noche por la forma en que se encontró con Cristo durante esta Hora Santa. Estar con muchos más jóvenes era un aliciente pero la clave fue “tener una experiencia personal” con Dios, tal y como explica al National Catholic Register.

Han pasado trece años desde que fue por primera al “Catholic Underground” y confiesa que esta celebración centrada en la adoración eucarística enriqueció su fe y su vocación. De hecho, sigue asistiendo varias veces al año. “Todavía hoy disfruto los beneficios”, afirma.

Los franciscanos de la Renovación y las autoridades eclesiásticas que están promoviendo estas celebraciones son conscientes de la crisis de fe que experimenta la generación conocida como “millennial”, es decir, los nacidos entre 1981 y 1998, por lo que estas Horas Santas pueden ser una parte de evangelización para estos adultos jóvenes.

Cristo Eucaristía y jóvenes con inquietudes
Los organizadores consideran, y a los frutos se remiten, que reunirse por la noche para la Adoración y la Eucaristía y socializar con otros jóvenes como ellos puede darles una comprensión auténtica de la vida común de la Iglesia que de otro modo no habrían conocido.

Este tipo de celebraciones se están extendiendo por todo el mundo y aunque son independientes entre sí tienen muchas características similars entre sí.



En este sentido, la adoración eucarística es siempre la razón para reunirse lo que permite un momento de paz y frenar durante un rato el frenético ritmo de vida actual. Además, varios sacerdotes están disponibles para la confesión.

Este tipo de eventos también pretende atraer a los adultos jóvenes a través de una experiencia de la belleza que lleva a Dios. Ya sea con la música o el arte o la liturgia.

En estas vigilias de Catholic Underground como la de Nueva York llegan a participar más de mil personas los sábados por la noche y los sacerdotes pueden escuchar entre 200 y 300 confesiones. Mientras tanto, los frailes ofrecen pequeñas meditaciones y dirigen música contemplativa de alabanza y adoración. Y después de la bendición estos jóvenes presencian una exposición de un artista y socializan con otros jóvenes.

Todos los sentidos llevan a Cristo
El hermano Mark Mary cuenta que esta parte relacionada con el arte permite a la gente observar una manera católica de dialogar con la cultura mientras que además se proporciona un foro para que los artistas católicos conecten con una audiencia. Lo que ocurre estas noches “es una belleza que es simple e íntima”, afirma este franciscano.

Este religioso explica que todo está intencionadamente dirigido a atraer los sentidos hacia la presencia real de Cristo en el centro de la Iglesia, desde la música hasta la iluminación y “al involucrar a los sentidos –agrega-, de alguna manera nos da un sentido de la belleza del Señor".

En su opinión, los jóvenes se sienten atraídos por este evento religioso porque “está centrado en la oración, pero también es una gran expresión de la alegría de las relaciones, con Cristo y entre sí”.

La importancia del sacramento de la confesión
En Nueva Orleans, por ejemplo, tiene por nombre Christ in the city (Cristo en la ciudad) y en la ciudad sureña los jóvenes se reúnen cada primer martes de mes desde 2009. Junto a la exposición del Santísimo y la confesión, un sacerdote lee el Evangelio del día y ofrece una reflexión espiritual.


Los jóvenes se sienten atraídos por un Cristo real y no por copias de lo que pueden encontrar en el mundo

Chelsea Colomb, de la archidiócesis de Nueva Orleans, resalta la importancia que tiene la confesión en estos eventos y puso el ejemplo de una mujer a la que había visto en alguna de estas celebraciones y a la que un día se le acercó. Ésta le agradeció que existiera esta adoración y le dijo que ahí había confesado por primera vez en diez años.

El efecto de atracción entre los jóvenes
Por ello, Colomb asegura que esta celebración es mucho más que alimento para el joven puesto que “la gente obtiene una mayor experiencia de la comunidad y luego tiene la oportunidad de salir y participar más en sus parroquias”. Pero no sólo eso, sino que estos jóvenes “no sólo se alimentan y viven de esta celebración mensual pues se inspiran en la adoración para salir a hacer discípulos y llevar a otros”.

Y es que la atracción es una de las principales características comunes que se están dando en estas celebraciones de adoración eucarística. Es lo que ha ocurrido en Milwaukee. El padre Luke Strand, uno de los fundadores de Cor Jesu, relata que hace cinco años vio la necesidad de llegar a los adultos jóvenes de la ciudad por lo que les envió una invitación por correo electrónico. Empezaron siendo 50 personas la primera noche y ahora superan ampliamente las 300 los miércoles por la tarde-noche.

Una ayuda enorme para discernir la vocación
Una de estas jóvenes es Mary Burns, que cuenta que esta vigilia “fue uno de mis puntos de partida para revivir y refrescar mi propia vida de oración” y “ahora es un lugar donde puedo conectarme con los demás y reafirmarme en la oración y los sacramentos cada semana con la comunidad que me rodea”.

Este sacerdote cuenta que estar ante el Santísimo Sacramento ayuda a la persona “a abrir el corazón para buscar hacer la voluntad del Padre” y es “primordial en el discernimiento de un joven”. Y así durante estos años han pasado personas con inquietudes hacia la vida religiosa y otras que han discernido otras vocaciones como el matrimonio.
Reportaje publicado originariamente en Religión en Libertad el 12 de abril de 2017
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