Transfiguración de Señor
Cuando Jesús mostró quién era Él realmente
Fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que Jesucristo, el Unigénito, el amado del Eterno Padre, manifestó su gloria ante los santos apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para mostrar nuestra admirable transformación por la gracia en la humildad de nuestra naturaleza asumida por Él, dando a conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre, y que, corrompida en Adán, fue renovada por Cristo.
Cuando Jesús mostró quién era Él realmente
Fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que Jesucristo, el Unigénito, el amado del Eterno Padre, manifestó su gloria ante los santos apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para mostrar nuestra admirable transformación por la gracia en la humildad de nuestra naturaleza asumida por Él, dando a conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre, y que, corrompida en Adán, fue renovada por Cristo.
Además de las piadosas consideraciones que nos puedan surgir sobre el
relato evangélico de la Transfiguración, no hay nada en ese tema que se
correponda propiamente con un santoral hagiográfico, tan sólo que como
el santorial incorpora también celebraciones litúrgicas, debe ser
mencionada e investigado su origen como fiesta.
Una nota del Butler Guinea nos aclara algo de ese origen, dice: «En
el Oriente es más pronunciada que en el Occidente la tendencia a
conmemorar con fiestas especiales los incidentes narrados en los
Evangelios. Por consiguiente, lo más probable es que la fiesta de la
Transfiguración sea de origen oriental. Lo que consta con certeza es que
antes del año 1000 se celebraba ya solemnemente esta fiesta en la
Iglesia bizantina el 6 de agosto.[...] Algunas Iglesias de Occidente
celebraban esporádicamente la Transfiguración en diversas fechas. El
Papa Calixto III la convirtió en fiesta de la Iglesia universal para
conmemorar la victoria obtenida sobre los turcos en 1456.»
Con más detalle, un artículo de F. Holweck en la Catholic
Encyclopedia (1912) desarrolla esos datos: «El Obispo armenio Gregorio
Arsharuni (ca. 690) refiere el origen de ésta fiesta a san Gregorio el
Iluminador ( m. c. 337), quien -dice-, sustituyó una celebración pagana
de Afrodita llamada Vartavarh (rosa encendida), reteniendo la antigua
denominación de la fiesta, porque Cristo abrió su gloria como una rosa
en el Monte Tabor. Sin embargo, no se halla mención de esta fiesta en
los dos antiguos calendarios armenios impresos por Conybeare (Ritual
Armenio, 527ss). Más probablemente la fiesta se originó, durante el s.
IV o V, en lugar de alguna otra fiesta pagana de la naturaleza, en algún
lugar del Asia Menor.
En la actualidad, los armenios observan la fiesta por tres días, como
una de las cinco grandes celebraciones del año (el séptimo domingo
después de Pentecostés); la precede un ayuno de seis días. También en la
Iglesia Siríaca es una fiesta de primer orden. En la Iglesia Griega
tiene vigilia y Octava.
La Iglesia Latina adoptó lentamente esta fiesta; no se la menciona
antes del 850 (Martirologio de Wandelbert). Fue adoptada en el siglo X
en muchas diócesis, y celebrada generalmente el 6 de agosto. En la Galia
e Inglaterra, el 27 de julio; en Meissen, el 17 de marzo; en
Halberstadt, el 3 de septiembre, etc. En 1456, Calixto III extendió la
fiesta a la Iglesia Universal, en memoria de la victoria de Juan Hunyady
sobre los turcos en Belgrado, el 6 de agosto de 1456. El propio Calixto
compuso el Oficio. Es la fiesta titular de la Basílica Laterana de
Roma.[...]».
Artículo originalmente publicado por evangeliodeldia.org
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