Profesores, antiguos docentes y, especialmente,
decenas de pontevedreses que han pasado por sus aulas se dieron cita
ayer en la basílica de Santa María para asistir a la misa de celebración
de los 100 años del colegio Doroteas. El arzobispo de Santiago, Julián
Barrio, encabezó el oficio religioso, en el que tuvo especial
protagonismo la música y un cancionero seleccionado para la ocasión. El
encuentro sirvió para recordar la historia de un congregación que se
instaló por primera vez en Pontevedra en la plaza de A Leña, si bien fue
en 1918 cuando abrió el colegio en el hoy Santuario de las Apariciones.
“En realidad esto no es ningún reencuentro porque nos vemos casi
todos los días, pero hoy nos apetecía estar juntas aquí”, explican
cuatro amigas que a finales de los años setenta compartieron aula en el
colegio Doroteas y que ayer no quisieron perderse la celebración
religiosa del aniversario.
El oficio tuvo lugar en la basílica de Santa María, parroquia a la
que pertenece el centro, y convocó a decenas de capitalinos de distintas
edades que llenaron el templo para acompañar a la comunidad académica
en su cumpleaños.
Actualmente son 972 alumnos los que acuden a las aulas, una cifra que
ni podían imaginar las primeras religiosas Doroteas que se instalaron
en Pontevedra. Francisco Balado, director académico, explica que “la
congregación se inició a principios del siglo XIX y desde Italia se
extendió a Portugal, de donde fue expulsada en 1910”.
Un año después se documenta por primera vez su presencia en
Pontevedra, en las llamadas “casitas” de la plaza de A Leña, que
ocuparían las monjas hasta que en 1918 ponen en marcha el colegio en el
actual Santuario de las Apariciones.
Fue en este recinto donde ingresó como postulante a los 18 años Sor
Lucía, la vidente de Fátima a la que por dos veces, según la tradición,
se le aparecería la Virgen en Pontevedra para trasladarle un mensaje de
desagravio, oración y esperanza.
Esta enseñanza, así como las de la santa Paula Frassinetti, fundadora
de la congregación de las Hermanas Doroteas, tuvieron un especial
protagonismo en el oficio religioso que encabezó el arzobispo, Julián
Barrio, y estuvieron muy presentes en el cancionero que interpretó el
coro.
Representantes públicos como César Pérez Ares, jefe territorial de
Educación, o Teresa Pedrosa, delegada del Estado en el Consorcio de la
Zona Franca, asistieron a la concurrida misa.
La jornada fue una celebración de la larga vida de un centro por el
que han pasado miles de alumnos, especialmente por su más reciente sede,
inaugurada en 1957 en la calle Alfonso XII.
El colegio, que también funcionó como internado hasta mediados de la
década de los 70 del pasado siglo, fue durante décadas un centro de
formación exclusivamente para niñas y adolescentes.
“A finales de los 70 también empezó a incorporar a niños a su aulas”,
indica el director académico, “de modo que hoy es completamente mixto,
incluso hay aulas donde predominan ellos”.
Fuente: Susna Regueira | Faro de Vigo
Foto: Gustavo Santos
pastoralsantiago.es