El Papa Francisco ha retomado este jueves la rutina de las misas matinales en la capilla de la Casa Santa Marta, que había quedado interrumpida por el verano y después por su viaje a Colombia.

El Papa predicó sobre la fiesta litúrgica del día, que es la de la Exaltación de la Santa Cruz. El Papa denunció el peligro que se da en dos tentaciones: convertir a Jesús en un mero maestro que da consejos espirituales, ocultando la cruz; y, la contraria, presentar la cruz sin Cristo, como una especie de "masoquismo" espiritual. 

Exhortó a entender la cruz como un “misterio de amor”. “Solamente con la contemplación se va adelante en este misterio de amor”, afirmó. “Jesús subió al cielo para llevarnos a todos nosotros a subir al cielo” y “este es el misterio de la cruz”.

Cristo se despojó y se hizo hombre, hasta la cruz
También hizo alusión a la kénosis o abajamiento de Dios Hijo, que siendo Dios quiso hacerse hombre y sufrir como tal, como explica San Pablo. “Este es el descenso de Jesús, hasta lo más bajo, la humillación; se vació de sí mismo por amor, y por eso Dios lo ensalzó y lo ha hecho subir. Solo si nosotros logramos entender este descenso hasta el final podemos entender la salvación que nos ofrece este misterio de amor”.

El Papa recordó que los gálatas habían caído en “una ilusión de un Cristo sin cruz o de una cruz sin Cristo”.

“Un Cristo sin cruz que no es el Señor: es un maestro, nada más. Es eso que, sin saberlo, quizás buscaba Nicodemo. Es una de las tentaciones. Sí, Jesús que es buen maestro, pero… sin cruz, Jesús. ¿Quién os ha ‘encantado’ con esta imagen?”. Esta es “la rabia” que muestra San Pablo. “Presentando a Jesucristo, pero no crucificado”, añadió.

La otra tentación “es la cruz sin Cristo, la angustia de permanecer abajo, rebajados, con el peso del pecado, sin esperanza. Es una especie de ‘masoquismo’ espiritual. Solo la cruz, pero sin esperanza, sin Cristo”.

No es una cruz de tragedia, de tipo pagano
Y la cruz sin Cristo sería “un misterio de tragedia”, como las paganas. “Pero la cruz es un misterio de amor, la cruz es fiel, la cruz es noble. Hoy podemos tomar cualquier minuto y que cada uno se haga una pregunta: el Cristo crucificado, ¿para mí es un misterio de amor?; ¿yo sigo a Jesús sin cruz, a un maestro espiritual que llena de consuelo, de consejos buenos?; ¿sigo la cruz sin Jesús, siempre lamentándome, con este ‘masoquismo’ del espíritu?; ¿me dejo llevar por este abajamiento, vaciamiento total y enalzamiento del Señor?”.
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