Sin embargo, el papel por el que será recordado principalmente el
cardenal De Paolis es el encargo que recibió del Papa en julio de 2010
como Delegado Pontificio para los Legionarios de Cristo, para dirigir la renovación de la congregación tras los escándalos de la vida de su fundador, el padre Marcial Maciel (1920-2008).
En febrero de 2014, el De Paolis dejó el cargo tras el capítulo
extraordinario que eligió como nuevo director general al padre Eduardo Robles-Gil, LC,
dándose por concluido el proceso de refundación, que incluyó la
redacción de unas nuevas constituciones y unos nuevos estatutos para el
movimiento laical Regnum Christi.
Velasio de Paolis nació en Sonnino (Italia) en 1935 y se ordenó sacerdote en 1961. Era miembro de la Congregación de Misioneros de San Carlos Borromeo, llamados escalabrinianos por su fundador, Giovanni Battista Scalabrini (1839-1905). Era doctor en Derecho Canónico
por la Pontificia Universidad Gregoriana y teólogo por la Pontificia
Universidad de Santo Tomás. Tras desempeñar diversos cargos en su
congregación, fue profesor de Derecho Canónico en las universidades pontificias romanas, siendo consultor de varios dicasterios de la curia, hasta ser nombrado secretario del Tribunal de la Signatura Apostólica en 2003 y presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos en 2008.
Participó en el cónclave que eligió en 2013 al Papa Francisco.
Tras conocerse el texto de la Relatio final del sínodo extraordinario sobre la familia celebrado en 2014 (base de la exhortación apostólica Amoris Laetitia), alertó de su confuso texto y de la posibilidad de que personas en situación de adulterio objetivo pudiesen ser admitidas a la comunión: "Si fuese algo aprobado, las consecuencias serían de una gravedad inaudita", destacó.
Participó en el cónclave que eligió en 2013 al Papa Francisco.
Tras conocerse el texto de la Relatio final del sínodo extraordinario sobre la familia celebrado en 2014 (base de la exhortación apostólica Amoris Laetitia), alertó de su confuso texto y de la posibilidad de que personas en situación de adulterio objetivo pudiesen ser admitidas a la comunión: "Si fuese algo aprobado, las consecuencias serían de una gravedad inaudita", destacó.
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