He visto empalidecer científicos al constatar que
hay cosas que no se pueden comprender sin una perspectiva que va más
allá de la razón natural
Ricardo Castañón es conocido como doctor
en Psicología Clínica, pero sobre todo como aquel que ha tenido
contacto directo con algunas manifestaciones eucarísticas que sobrepasan
el conocimiento humano. Desde la Fe, el semanario de la Arquidiócesis
de México, refiere algunos de los hitos de su vida.
Cuenta Castañón que en 1999, y siendo un no creyente, a petición del
Arzobispo de Buenos Aires Mons. Jorge Mario Bergoglio, “realizó el
primer análisis científico de una Hostia consagrada, de la que manaba
una sustancia rojiza; concluyó la investigación hasta el año 2006,
comprobando que la sustancia era sangre humana, misma que contenía
glóbulos blancos intactos, y músculo de corazón ‘vivo’, miocardio
ventrículo izquierdo; ‘cabe señalar que el caso aún no se ha denominado milagro, sino signo, y la Hostia permanece expuesta en el altar de la Parroquia de Santa María de Buenos Aires’ “.
Entretanto, sí refiere el neurofisiólogo que hay un “milagro”, así
declarado por la autoridad diocesana. El hecho ocurrió en Tixtla,
Chilpancingo, cuando empezó a manar sangre de una hostia consagrada en
el 2013: “Aquí confirmamos que el tipo de sangre es AB, el mismo
encontrado en la Sábana Santa de Turín y en el Milagro Eucarístico de
Lanciano. Hallamos tejido vivo, así como un glóbulo blanco activo, en
cuanto a que está tratando de reparar una lesión presente en el tejido
descubierto, aspecto que se presenta, por ejemplo, en un corazón luego
de un infarto”.
Desde 1999, Castañón ha profundizado en 15 casos de ‘milagros
eucarísticos’. “Cada serie de mis investigaciones se repite en tres
laboratorios de distintas naciones, y las variables controladas son
muchas: sangre, ADN, glóbulos blancos, glóbulos rojos, tejido humano,
hemoglobina y otras; puedo decir que, desde el punto de vista
científico, mis informes finales son cien por ciento confiables”.
Los hechos que atestigua, son verdaderamente sorprendentes: “¿Cómo
se podría obtener sangre, sin hueso y médula ósea? ¿Cómo se podría
obtener músculo de un corazón vivo y glóbulos blancos de un pedacito de
pan? ¿Cómo se podría obtener hemoglobina, una sustancia sujeta a
mecanismos bioquímicos complejos y a un programa genético inicial?
He visto empalidecer científicos ateos al constatar que así es, que hay
cosas que no se pueden comprender sin una perspectiva que va más allá
de la razón natural”.
Actualmente estudia un caso ocurrido a finales del año pasado, en lo
que parece ser sangre en Vino consagrado. Cuando tenga resultados
concluyentes, los dará a conocer.”Sólo deseo decir que, el hecho de
comprobar que en las efusiones que presentan estas Hostias consagradas
se identifica sangre fresca y tejido vivo, me impacta, me fascina, toca
lo más íntimo del ser. En cada Comunión viene a mi mente la frase de
Jesús: ‘El pan que yo daré es mi carne’.
Participo de la Eucaristía cada día, y cuando comulgo mi pensamiento
es: “Voy a recibir a Cristo, el mismo que estuvo en los brazos de María,
Aquél que caminó con sus Apóstoles, el Hijo vivo de Dios vivo, quien
murió y resucitó y está a la derecha del Padre”.
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