Abres el Facebook y te encuentras “de repente” una
transmisión en directo en que el protagonista es justo él: ¡Papa
Francisco! Sucedió en su encuentro informal con los novicios y
prenovicios salesianos de Italia, recibiéndoles en Santa Marta.
Y en el transcurso de estos encuentros, con sus tonos
habituales directos, sencillos, claros, Francisco dio una importante
lección a los futuros sacerdotes y a sus superiores. “Que los
superiores – subrayó Francisco – manden a sus mejores sacerdotes a las
periferias. Cuando hablo de periferias, hablo de todas las periferias,
también de las periferias del pensamiento”.
“Hablar con los no creyentes, con los agnósticos – precisa
el Papa – ¡esa es una periferia, eh! Después están las periferias
sociales, los pobres…”.
Don Marcello, que viene de Sicilia, pide al Papa Francisco algunos
consejos sobre cómo acompañar a los jóvenes en la vocación. “Estén
atentos a esos jóvenes con cara de beatos – respondió el Papa – A esos
yo no les pregunto ni el Padrenuestro. Hacen falta jóvenes alegres,
deportistas, normales” (Avvenire, 2 mayo).
Lo que es importante, añadió el pontífice, es “acompañar” a
estos jóvenes, porque “en el camino hay muchas sorpresas de Dios o que
no son de Dios. Hay que estar atentos y ayudarles a afrontar estas
sorpresas. Si son dificultades, mirarlas de frente. Y ayudarles a alejar
toda forma de hipocresía. Esta es una peste: la hipocresía en la
Iglesia, la hipocresía del digo una cosa y hago otra…”.
“La hipocresía de la mediocridad – subrayó Francisco – de
los que quieren entrar en el seminario porque sienten que son incapaces
de apañarse solos en el mundo. Si encuentras a uno que es un poco
demasiado diplomático, atento. Si encuentras a uno que es un mentiroso,
invítalo a volverse a casa”.
A Giorgio, de Turín, que pidió “una palabra sobre la
santidad”, le respondió: “Es muy sencilla la santidad: “Camina en mi
presencia y sé irreprensible”. Punto. Esta es la mejor definición.
¿Sabes quién la hizo? Dios a Abraham. Actualizando un poco, creo que hoy
también se puede ser santo. Hay muchos santos en la Iglesia, muchos.
Gente heroica, padres, abuelos, jóvenes. Los santos escondidos, como los
que pertenecen a la ‘clase media de la santidad’, que no se ven pero
están”.
Aleteia