Bergoglio se presentó hoy como un peregrino entre peregrinos en el
santuario en territorio portugués para pedir a la Virgen María, “madre
tierna y solícita” por los “desheredados e infelices, a los que se les
ha robado el presente”, “los huérfanos” y las “víctimas de la
injusticia”.
“Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que
la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los
fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”, expresó el papa Francisco saludando a los peregrinos congregados en el Santuario de Fátima este viernes 12 de mayo de 2017.
De hecho, los aparentemente débiles son los custodios del mensaje de Fátima desde las primeras apariciones marianas en la Cova da Iria
en 1917, cuando la Virgen confío sus palabras a tres niños, campesinos,
analfabetas; Lucía (10 años), Francisco (9 años) y su hermana Jacinta
(7años).
En la capilla de las Apariciones del santuario mariano, el Obispo de
Roma rezó: “Oh Señor, por culpa del orgullo de mi corazón, he vivido
distraído siguiendo mis ambiciones e intereses, pero sin conseguir
ocupar ningún trono. La única manera de ser exaltado es que tu
Madre me tome en brazos, me cubra con su manto y me ponga junto a tu
corazón. Que así sea”.
Por último, los fieles y peregrinos se unieron al Pontífice para
rezar el rosario, quien se presentó como “un obispo vestido de blanco”,
usando las palabras de la Virgen de Fátima, presentes en el tercer
secreto revelado a los tres niños pastores.
El Sucesor de Pedro ha querido que su 19º viaje apostólico no
tenga discursos a las autoridades o visitas oficiales. “Me presento como
peregrino de la paz”, dijo en la oración ante la Virgen horas antes.
“Hay que anteponer la misericordia al juicio y, en cualquier
caso, el juicio de Dios siempre se realiza a la luz de su misericordia.
Por supuesto, la misericordia de Dios no niega la justicia, porque Jesús
cargó sobre sí las consecuencias de nuestro pecado junto con su castigo
conveniente. Él no negó el pecado, pero pagó por nosotros en la cruz”, expresó.
También citó a Pablo VI, el primer papa que comenzó los viajes
apostólicos a este santuario mariano, en ocasión de su 50 aniversario
(1967). De esta forma Fátima se convirtió en un lugar obligado de
peregrinaje para los papas.
En una ceremonia que presidirá mañana, sábado 13 de mayo, Francisco
canonizará a los dos niños más pequeños del grupo de tres que vieron a
la Virgen María.
Aleteia