El Papa Francisco habló este martes en su homilía en la Casa Santa Marta sobre la “docilidad al Espíritu Santo” y pidió a los católicos “no oponerle resistencia” para así llevar una verdadera vida cristiana.
Francisco explicó que tras la muerte de San Esteban se desató una gran persecución contra los cristianos en Jerusalén. Entonces, los discípulos laicos se dispersaron por distintos lugares y comenzaron a anunciar el Evangelio “a los paganos” dejándose llevar por lo que el Espíritu les sugería: “eran dóciles”, observó el Pontífice.
Francisco explicó que tras la muerte de San Esteban se desató una gran persecución contra los cristianos en Jerusalén. Entonces, los discípulos laicos se dispersaron por distintos lugares y comenzaron a anunciar el Evangelio “a los paganos” dejándose llevar por lo que el Espíritu les sugería: “eran dóciles”, observó el Pontífice.
Tal y como recoge Aciprensa, el Santo Padre también citó la Carta del Apóstol Santiago para resaltar cómo enfatizaba a “acoger con docilidad la Palabra”. Para conseguirlo –añadió el Papa- es necesario “permanecer abiertos, sin rigideces” para “conocer a Jesús”.
En este sentido, alentó a familiarizarse con el Evangelio: “Llevar siempre con nosotros la Palabra, leerla, abrir el corazón a ella, abrir el corazón al Espíritu que es aquel que nos hace entenderla”.
De este modo, el Pontífice agregaba que “el fruto de este recibir y conocer la Palabra, de llevarla con nosotros, de esta familiaridad con la Palabra, es un fruto grande. La actitud de una persona que hace esto es bondad, alegría, paz, perdón, perdón de uno mismo, ternura”.
Para el Papa Francisco, en eso consiste la docilidad al Espíritu Santo. “Debo recibir el Espíritu que me lleva a la Palabra con docilidad, y esta docilidad, no poner resistencia al Espíritu, me llevará a un estilo de vida, a un determinado modo de actuar”.
“Recibir con docilidad, la Palabra, conocer la Palabra y pedir al Espíritu la gracia de hacerla conocer y después ofrecer el espacio necesario para que germine y crezca en aquellas actitudes de bondad, ternura, generosidad, paz, caridad y perdón: todo eso es lo que caracteriza el estilo cristiano” de vida.
El Obispo de Roma finalizó la homilía insistiendo en la idea de que hay que mostrarse dóciles al Espíritu para que realmente pueda actuar en las almas de los hombres: “Es el espíritu el que nos guía para que no erremos. Debemos acogerle con docilidad, conocer el Espíritu en la Palabra y vivir según el Espíritu”.
Esta actitud “es la contraria a la resistencia que Esteban echa en cara a los jefes, a los doctores de la Ley: ‘Vosotros siempre os habéis resistido al Espíritu Santo’. ¿Nos resistimos también nosotros al Espíritu? ¿O lo acogemos? Con docilidad: esta es la palabra de Santiago. ‘Acogerlo con docilidad’. Resistencia contra docilidad. Pidamos esa gracia”, concluyó Francisco.
En este sentido, alentó a familiarizarse con el Evangelio: “Llevar siempre con nosotros la Palabra, leerla, abrir el corazón a ella, abrir el corazón al Espíritu que es aquel que nos hace entenderla”.
De este modo, el Pontífice agregaba que “el fruto de este recibir y conocer la Palabra, de llevarla con nosotros, de esta familiaridad con la Palabra, es un fruto grande. La actitud de una persona que hace esto es bondad, alegría, paz, perdón, perdón de uno mismo, ternura”.
Para el Papa Francisco, en eso consiste la docilidad al Espíritu Santo. “Debo recibir el Espíritu que me lleva a la Palabra con docilidad, y esta docilidad, no poner resistencia al Espíritu, me llevará a un estilo de vida, a un determinado modo de actuar”.
“Recibir con docilidad, la Palabra, conocer la Palabra y pedir al Espíritu la gracia de hacerla conocer y después ofrecer el espacio necesario para que germine y crezca en aquellas actitudes de bondad, ternura, generosidad, paz, caridad y perdón: todo eso es lo que caracteriza el estilo cristiano” de vida.
El Obispo de Roma finalizó la homilía insistiendo en la idea de que hay que mostrarse dóciles al Espíritu para que realmente pueda actuar en las almas de los hombres: “Es el espíritu el que nos guía para que no erremos. Debemos acogerle con docilidad, conocer el Espíritu en la Palabra y vivir según el Espíritu”.
Esta actitud “es la contraria a la resistencia que Esteban echa en cara a los jefes, a los doctores de la Ley: ‘Vosotros siempre os habéis resistido al Espíritu Santo’. ¿Nos resistimos también nosotros al Espíritu? ¿O lo acogemos? Con docilidad: esta es la palabra de Santiago. ‘Acogerlo con docilidad’. Resistencia contra docilidad. Pidamos esa gracia”, concluyó Francisco.
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