¿Qué beneficios tienen los ejercicios espirituales? ¿Por qué el papa
Francisco insiste en ellos como parte de la reforma de la Iglesia que
lleva adelante como “una conversión del corazón” antes que de
estructuras?
Del 5 al 10 de marzo, Francisco, por cuarto año consecutivo, se lleva
a los miembros de la Curia romana fuera del Vaticano para el anual
retiro espiritual de Cuaresma en la Casa Divino Maestro de Ariccia (a las afueras de Roma). El tema escogido: Pasión, muerte y resurrección, según Mateo. Las meditaciones están a cargo del franciscano Giulio Michelini.
¿Acaso el Papa necesita hacer ejercicios espirituales? “La tentación
está siempre presente en la vida de Simón Pedro. Nos enseña, en primera
persona, cómo progresa la fe confesando y dejándose poner a prueba. Y
mostrando, además, que incluso el pecado entra en el progreso de la fe”,
dijo el Papa en un encuentro reciente con el clero de Roma
(02.03.2017).
Pedro ha cometido los peores pecados, ha renegado del Señor, y sin
embargo lo hicieron Papa. “Es importante para un sacerdote saber
insertar las propias intenciones y pecados en el ámbito de la oración de
Jesús para que nuestra fe no decaiga sino que se acreciente y madure,
sirviendo para reforzar, a su vez, la fe de los que le han sido
confiados”, agregó.
En esta línea, los ejercicios espirituales se presentan como
un horizonte para salir de malos hábitos, conocer mejor la propia fe y
cambiar la vida. Para profundizar en el tema, el jesuita José
Martínez de Toda nos explica para qué sirven los ejercicios espirituales
de san Ignacio de Loyola.
Los tres objetivos de los Ejercicios
“1.- Quitar mis pecados, sobre todo habituales (“afecciones
desordenadas”); 2.- Conocimiento interno de Jesús para más amarle y
seguirle; 3.- Conocer la voluntad de Dios sobre qué debo hacer en mi
vida”, afirma Martínez de Toda.
Las tres formas de inquietud espiritual
Para hacer Ejercicios se requiere que la persona tenga alguna inquietud espiritual: “1.- El deseo de buscar y encontrar un sentido profundo a la existencia más allá de las apariencias; 2 – El interés por ordenar la propia vida a la luz del encuentro personal con Dios; 3 – La disposición para transitar nuevos caminos hacia Él, y en definitiva, hallarle en todas las cosas”, explica el experto guía en ejercicios espirituales.
Además sugiere que “se requiere capacidad para la interiorización y un cuidado por el análisis personal en su vida ordinaria”.
Los tres tipos de Ejercicios espirituales
¿En qué consisten los ejercicios espirituales? “Los Ejercicios son, sobre todo, un encuentro con Jesús. El gran maestro de los Ejercicios es Jesús y su mensaje. Hay tres tipos de Ejercicios, según su duración, y en orden de importancia y efectividad:
1º puesto, Ejercicios de mes en algún lugar retirado (lo más recomendado y usado por san Ignacio. Están en primer lugar en importancia);
2º puesto – Ejercicios en la vida corriente de cinco o seis meses.
Para quienes no pueden dejar su familia o trabajo, y no pueden irse a un
lugar retirado. Están en un segundo lugar en importancia”.
El experto sacerdote
ha dado en esta modalidad Ejercicios en 20 parroquias a unas 2.000
personas en Caracas y Maracay, Venezuela. “Es superior a los Ejercicios de 8 días, que están en el 3er puesto y son más comunes”.
Entretanto, “en el 3º puesto están los Ejercicios de ocho días o de menos días en algún lugar retirado. Están en un tercer lugar en importancia”.
Todo está en la Biblia
¿Cuál es el origen? “No hay nada inventado en los Ejercicios. Todo
está tomado de la Biblia, especialmente del Nuevo Testamento, y más
especialmente de los Evangelios”.
¿Se necesita un acompañante junto al que haga
Ejercicios? “Un sacerdote o laico, muy preparado en la espiritualidad
ignaciana. Antiguamente se le llamaba “director” de Ejercicios. Ahora se
le llama “acompañante”. El Director es el Espíritu Santo”.
En todo amar y servir
¿Por qué una empresa, familia o los miembros de una organización que
persigue objetivos trascendentales o con una función social positiva
deberían dedicar tiempo a los ejercicios espirituales o los retiros? “Una frase ignaciana que resumiría el resultado de los Ejercicios podría ser: ‘En todo amar y servir. Por
lo tanto, los Ejercicios serían muy convenientes para integrantes de
organizaciones dedicadas prioritariamente al bien de los demás. Su
función social es muy fuerte y maravillosa. Cambia las vidas hacia los demás”.
¿Alternativas?
¿Existen alternativas a los ejercicios espirituales que las
personas no creyentes o no practicantes podrían seguir para mejorar su
vida interior o acercarse a una búsqueda de lo trascendente? “Una
condición imprescindible para el ejercitante es que tenga fe y creencia
cristiana en la divinidad. Puede ser católico o protestante. Para ateos habría que buscar otros recursos”.
“Los Ejercicios Espirituales son todo lo mejor que
yo puedo en esta vida pensar, sentir y entender, para que el hombre se
pueda aprovechar a sí mismo, y para poder fructificar y ayudar a otros
muchos” (Carta de S. Ignacio de Loyola al P. Manuel Miona, 16 de
noviembre de 1536) (Huarte 2014: 11)
¿Quién fue S. Ignacio de Loyola, el fundador de la orden de los Jesuitas?
Un cortesano de una familia acomodada del País Vasco (España). Nació
en 1491. En una batalla en Pamplona (Navarra, España) cayó herido.
En su convalecencia leyó vidas de santos y los Evangelios, y se dio
cuenta de que había cosas más importantes que el dinero, el poder, el
honor y cualquier placer. Cayó en la cuenta de que el mensaje de Jesús
es el mejor de la humanidad: amor, paz, justicia, generosidad con los
necesitados, respeto…
En Manresa comenzó a escribir los Ejercicios Espirituales
que hoy tenemos. Estudió en la mejor universidad de entonces, la
Sorbona de París, donde convenció a otros compañeros para seguir su
camino: san Francisco Javier, el beato Pedro Fabro, etc. Con ellos fundó
la Compañía de Jesús, la congregación de los jesuitas (el papa
Francisco es jesuita).
Ary Waldir Ramos
Aleteia