El periodista Fernando de Haro continúa su exploración del mundo a la
luz de la denuncia, muchas veces silenciada, de la persecución de los
cristianos. En esta carrera ha rodado ya documentales sobre los coptos
egipcios, Walking next to the Wall (2014); sobre los cristianos de Irak y de Siria, Nasarah (2015); y sobre las comunidades tanto protestantes como católicas de Nigeria, sometidas al terror de Boko Haram, Aleluya (2016).
Dentro de este proyecto de enciclopedia portátil del martirio en
tiempos posmodernos, disponible al completo en Vimeo, nos llega la
entrega de este año: One (2017). Es
un relato sobre el sufrimiento de veinticinco millones de cristianos en
un país de mil doscientos millones de habitantes como la India, donde
la religión institucional es la hindú.
Como en los documentales previos, la narración es clásica y
eminentemente informativa, exenta del barroquismo y la complejidad
postelevisiva típicas de los documentales último modelo. Sin embargo, se
consigue captar la atención del espectador mediante estrategias más
sencillas y también efectivas.
Por un lado, nos encontramos, como en los reportajes anteriores de la
serie, con un uso inusual de los primeros planos, que nos permite
acceder fácilmente a la humanidad misteriosa de los cristianos. De este
modo, los rostros y las manos, especialmente de las cristianas de la
India, se convierten en los verdaderos protagonistas de esta cinta.
Contemplarlos nos remite, nítidamente, a la carne lacerada de Cristo y
a la certeza de su abrazo, especialmente ostensible en la potencia de
las miradas.
Pero, además, One no es una mera repetición de la denuncia
ante las injusticias padecidas por la comunidad cristiana y de la
reverencia que causa la fidelidad de estos creyentes en situaciones
extremas. La idiosincrasia de este país nos hace percatarnos de que la clave de vuelta del cristianismo es siempre una historia particular, que escapa a las siempre tentadoras reducciones esquemáticas.
India es un país mayoritaria y hegemónicamente hindú, donde, pese a
las leyes de libertad religiosa, las manifestaciones del islam y del
cristianismo son sometidas a numerosas restricciones desde el aparato
del Estado. Son muchas las normativas orientadas a ahogar económicamente
a las minorías, a intentar evitar el crecimiento de otros credos.
Dato tras dato se nos revela una telaraña administrativa urdida desde
una visión nacionalista y proteccionista de la tradición mayoritaria
que entiende a las minorías como agresiones externas que hay que
combatir, en ocasiones incluso con la violencia física.
Algo que se plasma en violaciones, saqueos, destrucciones de iglesias, linchamientos, torturas y asesinatos.
Otro dato interesante, que contrasta con las ideas preconcebidas de espectador occidental, es que el ochenta por ciento de la comunidad cristiana está compuesta por dalits (intocables).
Según la sociedad de castas promovida por el hinduismo y sus
brahmanes, los intocables son los hombres inferiores, sin apenas
dignidad. Quizás es por eso que ellos tienen una mayor apertura a
reconocer el mensaje de igualdad y fraternidad que emerge de la relación
entre Cristo y sus discípulos, uno de los cuales, Tomás, llegó a la
India, ya en el siglo primero, para predicar el evangelio.
En suma, One retrata el mal que puede hacer una concepción
cultural hegemónica y sus cautelas para blindarse contra el otro. Un
temario que convendría repasar en Europa, donde no dejamos de criticar a
Trump por construir muros y blindarse ante los extranjeros, mientras
nuestros campos de refugiados siguen aportando datos vergonzosos a los
futuros libros de historia.
Tráiler: https://vimeo.com/ondemand/one3
Jorge Martínez Lucena
Aleteia