Cristianos en salida y atentos a las personas perdidas y descartadas por el mundo. “Nadie debe ser descartado”. Dios no conoce la palabra “descarte”. “Los cristianos no debemos ser cerrados porque sino tendremos el mal olor de las cosas guardadas”, dijo el Papa Francisco durante la audiencia general de este miércoles 04 de mayo en la Plaza de San Pedro.

La parábola del buen Pastor fue el mensaje de fondo de la catequesis del Papa. Asimismo, continuó la serie de reflexiones sobre la misericordia desde la visión evangélica.

En este sentido, el Pontífice exhortó a los cristianos y a la Iglesia: “Debemos salir…Y este encerrarse en sí mismos, en la pequeña comunidad, en la parroquia”, no hace bien. Por el contrario, crea un “mal olor” que apesta.
La referencia a las cosas guardadas la utiliza para indicar a aquellos que se consideran ‘justos’ (y Francisco se incluye) y no se mueven de sus convicciones. Dicha situación que evidencia una falta de “impulso misionero”, el mismo que indicó impide: “encontrar a los otros”.

“En la visión de Jesús no existen ovejas definitivamente perdidas. Esto debemos entenderlo bien. Para Dios nadie está definitivamente perdido. Jamás, hasta el último momento, Dios nos busca; piensen en el buen ladrón”, añadió.

Una dinámica “creativa” de una Iglesia en salida, constató. “Todos nosotros somos ovejas encontradas y recogidas por la misericordia del Señor, llamados a recoger juntos a todos las ovejas”.

Jesús no hace “balances” como lo hace la lógica humana: ¿qué es una oveja perdida delante de 99?. “!No! Él va a buscar esa, porque cada una es importante para él. Y esa (oveja perdida) es la más necesitada, la más abandonada, la más descartada y él va allá a buscarla”, reiteró.

Jesús no “se resigna a perder” a la persona extraviada.

“Dios no conoce nuestra actual cultura del descarte…Dios ama a todos y busca a todos, uno a uno. Dios no conoce la palabra ‘descartar’ a la gente”, sostuvo.

Francisco contextualizó sus palabras en Jesús que delante de los Fariseos que se escandalizaban de su relación con los pecadores fue rechazado y atacado, pero enseñó y aplicó la parábola del “buen Pastor”.

“Jesús les propone esta paradoja: ‘¿Quién de vosotros, si se le pierde una oveja, sería capaz de dejar a las 99 en el desierto para ir a buscarla? Fíjense que no dice que las deja en el redil, en un lugar seguro, sino en el desierto, sin agua, sin comida, a merced de las fieras y ladrones”.

“No parece sensato, y sin embargo así hace el buen Pastor. No se preocupa de poner a salvo primero al resto del rebaño, sino que va de inmediato en busca de la oveja perdida y la lleva a casa sobre sus hombros”, afirmó.

El escándalo de los ‘justos’

“Muchas veces también nosotros nos escandalizarnos de esta actitud aparentemente inconsciente del Señor, pero hay una razón para este modo de actuar”.

En su catequesis afirmó que no “podemos exigir al Señor que permanezca con nosotros, olvidándose del otro; nadie puede sujetarle, frenar su amor por todos”.

En cambio, invitó: “Si queremos “tenerle”, debemos seguirle, seguirle allí donde se encuentra la oveja descarriada, si nos movemos con él, también nosotros haremos fiesta al encontrarla y volver juntos a casa”, sostuvo en español.

Por último, el Papa Francisco saludó a los peregrino de lengua española. “Cada uno de nosotros es esa oveja que el Señor lleno de misericordia ha querido cargar sobre sus hombros para llevarla a casa y, al mismo tiempo, cada uno hemos sido llamados a recoger junto al Buen Pastor a toda la grey, para participar todos de su alegría. Que Dios los bendiga”, concluyó.
Aleteia
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