El arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio,
presidió este domingo 29 de mayo, por las calles del casco histórico de
la ciudad, la tradicional procesión del Corpus Christi, una cita a la
que acudieron numerosas personas, entre las que se encontraba el obispo
auxiliar, monseñor Jesús Fernández González. Antes de que el Santísimo,
en la custodia procesional de Arfe, recorriese las rúas compostelanas,
se había celebrado una solemne Eucaristía en la catedral. En su homilía,
el obispo de Santiago había indicado, glosando el texto evangélico, que
“Cristo no se desentiende de la gente. Desentendernos de los demás es
una forma fácil pero ineficaz a la hora de ayudar. Solemos decir: ¡Dios
te ampare! ¡Ahora no puedo ayudarte! Siempre buscamos pretextos. Jesús
les dice a sus discípulos: “Dadles vosotros de comer”, mientras
comentaban que con cinco panes y dos peces no podían alimentar a tantas
personas”. Monseñor Barrio agregó que Jesús les había pedido a los
discípulos que fuesen “más allá de la pura lógica humana. También hoy el
milagro es compartir y multiplicar nuestra solidaridad. Partirnos por
los demás. La multiplicación de los panes y los peces es signo de
misericordia de Cristo con los hambrientos y un símbolo anticipado de la
Eucaristía, gesto sublime de misericordia de Dios con nosotros”.
Monseñor Barrio dijo también que “sigue habiendo necesitados en
nuestra sociedad. Hemos de reforzar los lazos de la comunión y
trabajando por el bien común para vernos liberados de los males externos
e internos que nos aquejan como la inmoralidad, el egoísmo y la
insolidaridad. Estamos llamados a ser testimonio vivo de que el amor
verdadero, fiel, gratuito, universal, efectivo, es posible en nuestra
vida”. Al término de la procesión, el arzobispo impartió la bendición
con el Santísimo.