El papa Francisco ha nombrado a Mons. Gerardo Melgar Viciosa obispo de la diócesis de Ciudad Real. El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de esta diócesis presentada por Mons. Antonio Ángel Algora Hernando, que continuará gobernando la diócesis en calidad de administrador apostólico, hasta la toma de posesión del nuevo obispo electo el próximo día 21 de mayo.
Saludo del Obispo electo de Ciudad Real
Queridos diocesanos de la Diócesis de Ciudad Real:
Quiero, en primer lugar, haceros llegar mi saludo más cordial para todos cuantos integráis la Diócesis a la que el Santo Padre me ha llamado a servir a partir del próximo 21 de mayo. Desde el día 22 de marzo, me comunicara el Ser. Nuncio de Su Santidad, que el Papa Francisco me había nombrado Obispo de la Diócesis de Ciudad Real, os llevo en mi corazón y os tengo muy presentes en mi oración.
Agradezco al Santo Padre la confianza depositada en mi pobre persona para pastorear la Diócesis de Ciudad Real y le expresó mi más sincera comunión y obediencia a su persona y a sus decisiones. Agradezco también a D. Antonio Algora, todos los desvelos pastorales que ha demostrado durante estos 13 años de pastoreo de esta Diócesis y la acogida que me ha dispensado, desde el primer momento en que le fue comunicado mi nombramiento.
Saludo también cordial y fraternalmente, como no, a nuestro querido antecesor en el Episcopado en esta Diócesis D. Rafael Torrija, al que deseo lo mejor en todos los sentidos en esta etapa de su vida.
Me presento ante vosotros como Padre y Pastor. Voy lleno de ilusión por serviros, alentaros y animaros a recorrer juntos los caminos de Dios en el aquí y el ahora de la historia que nos toca vivir. Retomamos el camino hecho durante años por el Pueblo de Dios y por la presidencia en el amor y la unidad de tantos obispos que han hecho realidad la apostolicidad de la Iglesia y la presencia de Jesucristo en esta Diócesis de Ciudad Real.
Consciente de mi pequeñez y pobreza personales, ya desde ahora mismo, os pido que recéis por mí, para que el Señor me dé fuerza, sabiduría y acierto en el cumplimiento del encargo que el Santo Padre me ha hecho de pastorear en el amor esa Diócesis, al tiempo que os expreso mi deseo que de sintáis siempre como un padre cercano, vuestro obispos, que quiere acompañaros en todo momento, tratando de iluminar con la luz del Evangelio vuestros problemas, alentándoos en la vivencia de la fe y juntos luchar por hacer de la Diócesis, una Iglesia evangelizada y evangelizadora, acogedora y dialogante participativa y servicial.
Voy a vosotros cargado de ilusión, esperanza y de ganas de dar lo mejor de mí mismo en favor de la evangelización. Para ello, cuento con la ayuda del Señor, que es quien hará fructificar las obras de nuestras manos. Cuento también con la acogida, la oración y la colaboración de todos vosotros: sacerdotes, religiosos y laicos. Vosotros contad conmigo, con mi trabajo, mi entrega y mi cercarnía, para que desde la alegría del evangelio y desarrollando nuestra corresponsabilidad de bautizados, podamos llegar a todos: los cercanos y los alejados, los indiferentes y los cristianos cómodos y especialmente a los más desfavorecidos, pobres o necesitados: ofreciendo a todos cuanto puedan necesitar para ser verdaderos seguidores del Señor.
Gracias por vuestra acogdia, por vuestra buena disposición y por por vuestra oración por mi humilde persona y por mi ministerio episcopal que ahora se abre entre vosotros. Recibid todos un saludo cordial y lleno de afecto, y la bendición del Señor.
Mons. Gerardo Melgar Viciosa
Administrador Apostólico de Osma-Soria
Queridos diocesanos de la Diócesis de Ciudad Real:
Quiero, en primer lugar, haceros llegar mi saludo más cordial para todos cuantos integráis la Diócesis a la que el Santo Padre me ha llamado a servir a partir del próximo 21 de mayo. Desde el día 22 de marzo, me comunicara el Ser. Nuncio de Su Santidad, que el Papa Francisco me había nombrado Obispo de la Diócesis de Ciudad Real, os llevo en mi corazón y os tengo muy presentes en mi oración.
Agradezco al Santo Padre la confianza depositada en mi pobre persona para pastorear la Diócesis de Ciudad Real y le expresó mi más sincera comunión y obediencia a su persona y a sus decisiones. Agradezco también a D. Antonio Algora, todos los desvelos pastorales que ha demostrado durante estos 13 años de pastoreo de esta Diócesis y la acogida que me ha dispensado, desde el primer momento en que le fue comunicado mi nombramiento.
Saludo también cordial y fraternalmente, como no, a nuestro querido antecesor en el Episcopado en esta Diócesis D. Rafael Torrija, al que deseo lo mejor en todos los sentidos en esta etapa de su vida.
Me presento ante vosotros como Padre y Pastor. Voy lleno de ilusión por serviros, alentaros y animaros a recorrer juntos los caminos de Dios en el aquí y el ahora de la historia que nos toca vivir. Retomamos el camino hecho durante años por el Pueblo de Dios y por la presidencia en el amor y la unidad de tantos obispos que han hecho realidad la apostolicidad de la Iglesia y la presencia de Jesucristo en esta Diócesis de Ciudad Real.
Consciente de mi pequeñez y pobreza personales, ya desde ahora mismo, os pido que recéis por mí, para que el Señor me dé fuerza, sabiduría y acierto en el cumplimiento del encargo que el Santo Padre me ha hecho de pastorear en el amor esa Diócesis, al tiempo que os expreso mi deseo que de sintáis siempre como un padre cercano, vuestro obispos, que quiere acompañaros en todo momento, tratando de iluminar con la luz del Evangelio vuestros problemas, alentándoos en la vivencia de la fe y juntos luchar por hacer de la Diócesis, una Iglesia evangelizada y evangelizadora, acogedora y dialogante participativa y servicial.
Voy a vosotros cargado de ilusión, esperanza y de ganas de dar lo mejor de mí mismo en favor de la evangelización. Para ello, cuento con la ayuda del Señor, que es quien hará fructificar las obras de nuestras manos. Cuento también con la acogida, la oración y la colaboración de todos vosotros: sacerdotes, religiosos y laicos. Vosotros contad conmigo, con mi trabajo, mi entrega y mi cercarnía, para que desde la alegría del evangelio y desarrollando nuestra corresponsabilidad de bautizados, podamos llegar a todos: los cercanos y los alejados, los indiferentes y los cristianos cómodos y especialmente a los más desfavorecidos, pobres o necesitados: ofreciendo a todos cuanto puedan necesitar para ser verdaderos seguidores del Señor.
Gracias por vuestra acogdia, por vuestra buena disposición y por por vuestra oración por mi humilde persona y por mi ministerio episcopal que ahora se abre entre vosotros. Recibid todos un saludo cordial y lleno de afecto, y la bendición del Señor.
Mons. Gerardo Melgar Viciosa
Administrador Apostólico de Osma-Soria
AgenciaSIC
