
“En este Año de la Misericordia”, se puede leer en la carta pastoral de monseñor Barrio, “recordamos que la primera obra de misericordia es dar de comer al hambriento”, al tiempo que recuerda que “en la era de la globalización, eliminar el hambre en el mundo se ha convertido también en una meta que se ha de lograr para salvaguardar la paz y la estabilidad del planeta. El hambre no depende tanto de la escasez material, cuanto de la insuficiencia de recursos sociales, el más importante de los cuales es de tipo institucional”.
Tras lamentar el desperdicio de alimentos en nuestra sociedad, como muestra de la cultura del descarte de la que habla el papa Francisco, monseñor Barrio explica que todavía “siguen siendo millones de personas las que pasan hambre o están mal alimentadas, entre ellas muchos niños. Esto contrasta fehacientemente con una sociedad caracterizada por el progreso y ha de herir nuestra conciencia personal y social, llevándonos a preguntar qué es lo que estamos haciendo mal para que el hambre sea una realidad. La respuesta es nuestro individualismo, nuestra actitud insolidaria y nuestra falta de iniciativa”. Es necesario, dice monseñor Barrio, educarnos en la solidaridad.
Carta Pastoral en la campaña de Manos Unidas “Plántale cara al hambre: siembra”
Tras lamentar el desperdicio de alimentos en nuestra sociedad, como muestra de la cultura del descarte de la que habla el papa Francisco, monseñor Barrio explica que todavía “siguen siendo millones de personas las que pasan hambre o están mal alimentadas, entre ellas muchos niños. Esto contrasta fehacientemente con una sociedad caracterizada por el progreso y ha de herir nuestra conciencia personal y social, llevándonos a preguntar qué es lo que estamos haciendo mal para que el hambre sea una realidad. La respuesta es nuestro individualismo, nuestra actitud insolidaria y nuestra falta de iniciativa”. Es necesario, dice monseñor Barrio, educarnos en la solidaridad.
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