Monseñor Mario Iceta es Obispo de Bilbao y participó en el Sínodo de Obispos sobre la familia en Octubre de 2015.
Vino hablarnos del Sínodo de los Obispos y de las familias, empezó diciendo que se trataba de una consulta a la Iglesia universal porque el Santo Padre quería escuchar a las familias. Asistieron a este Sínodo 355 personas, entre Obispos y algunas familias
Vino hablarnos del Sínodo de los Obispos y de las familias, empezó diciendo que se trataba de una consulta a la Iglesia universal porque el Santo Padre quería escuchar a las familias. Asistieron a este Sínodo 355 personas, entre Obispos y algunas familias
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En donde se trabajaba intensamente era en los grupos menores, se podía hablar sin dificultades.
En donde se trabajaba intensamente era en los grupos menores, se podía hablar sin dificultades.
El clima era de oración; se trataba de escuchar al Espíritu Santo y a las familias. El Papa dio dos principios, el primero “escuchen con humildad y hablen con libertad”. El segundo, que repitió al menos dos veces, “la doctrina no se tocca”.
Habló Monseñor Iceta de la necesidad de un lenguaje nuevo y formas nuevas, mucha gente no nos entiende y hemos de ver cómo transmitir.
Luego nos explicó que el matrimonio es un plan y un don de Dios. Presentaba una pregunta de reflexión: ¿cómo respondo a ese don de cristo? ¿Cuál es mi papel en la Iglesia?
Luego nos dio los siguientes puntos:
-Preparación a la vida matrimonial que ha de insertarse en la iniciación cristiana.
-Aprender amar. El amor evoluciona y, por tanto, hay que adaptarse a esa evolución
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-Celebración nupcial evangelizadora. Estar un día con los padrinos, hablar a los que casi nunca viene a la Iglesia.
-Celebración nupcial evangelizadora. Estar un día con los padrinos, hablar a los que casi nunca viene a la Iglesia.
-Acompañar en la vida matrimonial a los esposos, enseñarles el diálogo y el perdón. Buscar matrimonios que puedan acompañar a otros matrimonios.
-Comentó también que el Sínodo anima a tener hijos, teniendo que cuenta que España tiene una población anciana. Cuando encontramos parejas de hecho o gente “mal casada”, ver una situación de poder evangelizar y acompañar. Hay un camino de crecimiento que puede llevar al sacramento, caminar con ellos y reconocer elementos positivos.
-Saber detectar cuando la pareja está en crisis. Rezar y ayudar, estar cercanos, llevarles a un centro de orientación familiar… Si hay separación, también estar para ayudarles, para que sea amistoso y sufran lo menos posible los hijos.
Habló también de cómo en los colegios e institutos se va reduciendo la clase de religión y, en las parroquias, hay dificultades para la asistencia de los niños a catequesis por cuestiones de deportes y las facilidades que dan los Ayuntamientos para entretener a los niños.
Ante esta situación hay que buscar alternativas, como puede ser que la familia transmita la Fe.