Este miércoles,  día 27 de enero, tuvo lugar la segunda sesión de la I Semana de la Familia, organizada por la Delegación de Familia y Vida de la Archidiócesis de Sevilla con la colaboración de la Hermandad de la Paz.

En esta ocasión, José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ofreció una ponencia sobre ‘La influencia de los Medios de Comunicación en la vida familiar’  en el salón de actos de la Fundación Cajasol.
Adrián Ríos, delegado diocesano para los Medios de Comunicación, presentó al ponente, del que aseguró, “es modelo y referencia” para la Delegación de Medios de la Archidiócesis por su trayectoria y experiencia en este campo.

Riqueza, riesgo y responsabilidad

Estas “tres erres” fueron las bases de la disertación del secretario general de la CEE, que empezó asegurando que “los medios no son meros instrumentos externos”, sino que forman parte ya de nuestra vida, condicionan nuestras creencias, criterios y nuestro estilo de vida. Sin ellos, señaló, “no podríamos concebir una sociedad abierta y democrática”.

Del mismo modo, reconoció que “los medios ofrecen una gran riqueza a las familias si se usan con responsabilidad”. Hizo especial hincapié en la necesidad de tratar las nuevas tecnologías de la información de una manera “madura y crítica”, y, al respecto, resaltó la conveniencia de una educación en comunicación, tanto en las familias como en la enseñanza académica, así como en la propia Iglesia.

Nuevos escenarios, nuevos retos

“Las comunicaciones pueden condicionar también la imagen de la Iglesia”, sentenció Gil Tamayo. Y no le falta razón, porque no pocas veces existe una gran disparidad entre cómo presentan los medios a la Iglesia católica y lo que ésta es en realidad. Por este motivo, el ponente recordó al pontífice san Juan Pablo II, sobre el que aseguraba que “sin los medios de comunicación no hubiera podido desarrollar su fecundo magisterio”.

Y aunque “los católicos no podemos demonizarlos”, dijo, “hay que ser prudentes con las comunicaciones”, ya que éstas favorecen el relativismo y el consumismo desenfrenado. Además, “los medios interfieren en las relaciones humanas”, por lo que es necesario -añadió- “propiciar espacios comunicativos en las familias”.

Por otra parte, “la televisión ha espectacularizado la vida”, mantuvo el ponente, y ha provocado una “crisis en los agentes de formación –los padres, la escuela y la Iglesia-“, que se encuentran “lentos” para adaptarse a las nuevas tecnologías.

Pero no todo es negativo. El secretario general de la CEE también reconoció que los medios de comunicación social ofrecen “innumerables oportunidades educativas y culturales” que hay que saber integrar en las familias. Así, Gil Tamayo apostó por un consumo de los medios en familia y que, de forma evaluativa, se comente, critique y discutan los contenidos. Y es que, “el vínculo con la familia es el antídoto de la manipulación”.

El conferenciante acabó su disertación refiriéndose brevemente a la imagen que daban los medios de la familia.
AgenciaSIC
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