Las “Madres” ayudaron economicamente durante años a las familias de las que se fueron
El pasado martes amanecíamos con una triste noticia en los medios de comunicación para la Familia Mercedaria. Nuestras monjas de clausura, Mercedarias Descalzas de Santiago de Compostela, aparecían en los medios como “secuestradoras”. La causa está en los juzgados y la Justicia se encargará de aclarar la situación y desvelar qué es lo que realmente ha sucedido.
El pasado martes amanecíamos con una triste noticia en los medios de comunicación para la Familia Mercedaria. Nuestras monjas de clausura, Mercedarias Descalzas de Santiago de Compostela, aparecían en los medios como “secuestradoras”. La causa está en los juzgados y la Justicia se encargará de aclarar la situación y desvelar qué es lo que realmente ha sucedido.
Yo como mercedario, si me llamaran a testificar, sólo podría decir que en nuestra casa de Madrid hemos acogida a nuestras hermanas, naturales de la India, cada vez que han viajado a su país de vacaciones a ver a sus familias (mientras sus hermanas mayores nunca han tenido vacaciones ni han salido de la clausura, eso sí, por voluntad propia). Sólo puedo decir que decían estar felices, que nunca han expresado estar secuestradas, que llevaban regalos y paquetes para sus familiares preparados con cariño por las “Madres” – como se las conoce en Santiago.
Una de las “secuestradas” ha sido Vicaria de la Comunidad durante muchos años. Los que conozcan mínimamente la Vida Religiosa sabrán lo que supone eso en una comunidad. Y últimamente asumía las tareas de “tornera”. Si hay alguien en un convento de clausura que tenga comunicación con el exterior para expresar que está secuestrada contra su voluntad, ésa es la tornera.
Hablan de una monja, también de la India, que se escapó hace un par de años. Su nombre de religión era Mª Fátima. Mi hermano, Fr. Andrés y yo, la acompañamos al aeropuerto para que viajara a ver a su familia. Ahora quizá Andrés y yo seamos tratados como “tratantes”.
El día que debíamos recogerla, nos llamó diciendo que estaba en Madrid y que no quería volver al convento porque necesitaba trabajar para ayudar a su familia. Familia que durante muchos años las “Madres” han ayudado económicamente. Hablamos con ella, le explicamos en la situación administrativa en la que quedaba tras su decisión y le ayudamos a escribir la carta de exclaustración. Y sus palabras siempre eran de agradecimiento y cariño hacia las “Madres”.
Esperemos que todo esto se aclare y haya sido todo un malentendido, por el bien de las hermanas de la India, por las monjas que permanecen en el Convento y por toda la Vida Consagrada de Clausura.
Fray Simón, O. de M.
Religión Digital
Una de las “secuestradas” ha sido Vicaria de la Comunidad durante muchos años. Los que conozcan mínimamente la Vida Religiosa sabrán lo que supone eso en una comunidad. Y últimamente asumía las tareas de “tornera”. Si hay alguien en un convento de clausura que tenga comunicación con el exterior para expresar que está secuestrada contra su voluntad, ésa es la tornera.
Hablan de una monja, también de la India, que se escapó hace un par de años. Su nombre de religión era Mª Fátima. Mi hermano, Fr. Andrés y yo, la acompañamos al aeropuerto para que viajara a ver a su familia. Ahora quizá Andrés y yo seamos tratados como “tratantes”.
El día que debíamos recogerla, nos llamó diciendo que estaba en Madrid y que no quería volver al convento porque necesitaba trabajar para ayudar a su familia. Familia que durante muchos años las “Madres” han ayudado económicamente. Hablamos con ella, le explicamos en la situación administrativa en la que quedaba tras su decisión y le ayudamos a escribir la carta de exclaustración. Y sus palabras siempre eran de agradecimiento y cariño hacia las “Madres”.
Esperemos que todo esto se aclare y haya sido todo un malentendido, por el bien de las hermanas de la India, por las monjas que permanecen en el Convento y por toda la Vida Consagrada de Clausura.
Fray Simón, O. de M.
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