Volverse “oasis de misericordia”, “especialmente se aplica a los muchos migrantes que necesitan ser acogidos”, exhortó el papa Francisco en un mensaje firmado por el card. Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, dirigido a un grupo de jóvenes europeos reunidos en España.
A los miles de jóvenes reunidos en Valencia (España), en ocasión del 38 encuentro europeo de la comunidad ecuménica de Taizè (28 diciembre al 1 de enero 2016), Francisco invitó a seguir los pasos de la misericordia, tema del Jubileo Extraordinario que concluirá en noviembre 2016.
A los miles de jóvenes reunidos en Valencia (España), en ocasión del 38 encuentro europeo de la comunidad ecuménica de Taizè (28 diciembre al 1 de enero 2016), Francisco invitó a seguir los pasos de la misericordia, tema del Jubileo Extraordinario que concluirá en noviembre 2016.
De hecho, la reunión de los jóvenes profundizará sobre el significado del Año Santo y sus implicaciones sociales. El deseo del Pontífice es que “el pueblo cristiano durante el Jubileo actúe las obras corporales y espirituales de la misericordia”. Por ello, agradeció de corazón que los jóvenes se esfuercen con creatividad e imaginación en vivir este evento pío.
También anheló que la misericordia se manifieste en todas sus dimensiones, incluido en el ámbito social. El Obispo de Roma en su misiva a los jóvenes les anima a “tener el valor de la misericordia” que les llevará no sólo a recibir, sino a donar en la cercanía a las personas que atraviesan algún tipo de dificultad.
“La Iglesia está allí para toda la humanidad y ‘donde hay cristianos’, que nadie se encuentre fuera del “oasis de la misericordia”. En este sentido, las comunidades pueden ser esos oasis de encuentro y acogida.
De esta forma, ha pedido un compromiso certero hacía “los muchos inmigrantes que necesitan tanto de ser acogidos”.
En la misiva se recuerda que el papa Francisco escribió recientemente al hermano Alois, durante el centenario del nacimiento del fundador de la comunidad de Taizé, “el hermano Roger amaba a los pobres, los desfavorecidos, los que aparentemente no importaban. Demostró con su vida y la de sus hermanos que la oración va unida a la solidaridad humana”.
La Comunidad de Taizé es una comunidad monástica cristiana ecuménica, fundada en 1940 por el teólogo suizo Roger Schutz, conocido como Hermano Roger, en la localidad de Taizé, Francia, que continúa siendo su sede. Es reconocida mundialmente por su labor por la unión de los cristianos.
Los jóvenes son los receptores de esta herencia, además de la práctica de la solidaridad y de la misericordia como un llamado del Evangelio. Por ello, les deseó que a través de la oración, y la convivencia, descubran mejor a Cristo, “el rostro de la misericordia del Padre”.
Por último, “desde su corazón”, el papa Francisco envió su bendición apostólica a los jóvenes y a los hermanos de Taizé, y a la población valenciana que acoge a estos peregrinos de la misericordia.
También anheló que la misericordia se manifieste en todas sus dimensiones, incluido en el ámbito social. El Obispo de Roma en su misiva a los jóvenes les anima a “tener el valor de la misericordia” que les llevará no sólo a recibir, sino a donar en la cercanía a las personas que atraviesan algún tipo de dificultad.
“La Iglesia está allí para toda la humanidad y ‘donde hay cristianos’, que nadie se encuentre fuera del “oasis de la misericordia”. En este sentido, las comunidades pueden ser esos oasis de encuentro y acogida.
De esta forma, ha pedido un compromiso certero hacía “los muchos inmigrantes que necesitan tanto de ser acogidos”.
En la misiva se recuerda que el papa Francisco escribió recientemente al hermano Alois, durante el centenario del nacimiento del fundador de la comunidad de Taizé, “el hermano Roger amaba a los pobres, los desfavorecidos, los que aparentemente no importaban. Demostró con su vida y la de sus hermanos que la oración va unida a la solidaridad humana”.
La Comunidad de Taizé es una comunidad monástica cristiana ecuménica, fundada en 1940 por el teólogo suizo Roger Schutz, conocido como Hermano Roger, en la localidad de Taizé, Francia, que continúa siendo su sede. Es reconocida mundialmente por su labor por la unión de los cristianos.
Los jóvenes son los receptores de esta herencia, además de la práctica de la solidaridad y de la misericordia como un llamado del Evangelio. Por ello, les deseó que a través de la oración, y la convivencia, descubran mejor a Cristo, “el rostro de la misericordia del Padre”.
Por último, “desde su corazón”, el papa Francisco envió su bendición apostólica a los jóvenes y a los hermanos de Taizé, y a la población valenciana que acoge a estos peregrinos de la misericordia.
Aleteia