“Teníamos tres horas seguidas de trabajo por la tarde y algunos padres sinodales, al cabo de unos días, pidieron que se hiciera una pausa para hacer el café. Y así lo hicimos”. Como ésta, muchas otras. El Cardenal M. Sistach explicó numerosas anécdotas sobre el Sínodo de Obispos ordinario dedicado a la familia. En un Aula Magna llena a rebosar, el Arzobispo de Barcelona compartió su vivencia de tres semanas de trabajo en el Vaticano. Dijo que reinó un “clima de comunión, de cordialidad y de fraternidad” pero que también se hacían patentes las “intervenciones de contenidos opuestos pero siempre con espíritu sinodal”. Dividido en tres partes ‘el ver, el juzgar y el actuar’, una por semana, el Sínodo puso en práctica las orientaciones y actitudes del Papa Francisco.

Divorcios, novios y migrantes

“Buscábamos el bien de las familias y formular propuestas pastorales que manifestaran la misericordia de la Iglesia”, confesó el Cardenal M. Sistach. A pesar de la dificultad entre culturas -porque para lo que uno era obvio para el otro era un escándalo-, los divorciados, los migrantes y los cursillos prematrimoniales se situaron en el centro del debate: “No hablábamos de la familia ideal sino de las familias que encontramos en nuestro entorno, las que llevamos en nuestra mente y en nuestro corazón”.

El Arzobispo de Barcelona admitió que hizo una enmienda al artículo número 85 de la Relatio Synodi, junto con dos compañeros de su grupo lingüístico, que fue aceptada por una mayoría absoluta. El documento final, en definitiva, tiene un contenido muy amplio y potente que hace numerosas referencias a la Evangelii Gaudium y contiene muchas citas del Papa Francisco. Este documento, que abre puertas, evidencia que el estilo y el contenido pastoral propio del Pontífice se ha propagado por toda la Iglesia.

AgenciaSIC

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