Más de 15.000 personas pertenecientes al Camino Neocatecumenal se dieron cita el 1 de mayo en  la localidad gaditana de Alcalá de los Gazules, el “Encuentro de las dos orillas”, un encuentro vocacional organizado por el Camino al que asistieron los iniciadores y responsables de este carisma de la Iglesia, Kiko Argüello, Carmen Hernández y el presbítero Mario Pezzi así como el obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. D. Rafael Zornoza Boy, el obispo de Asidonia-Jerez, Mons. D. José Mazuelos; el obispo de Córdoba, Mons. D. Demetrio Fernández; el arzobispo de Granada, Mons. D. Francisco Javier Martínez; el obispo de Huelva, Mons D. José Vilaplana y el obispo auxiliar de Sevilla, Mons. D. Santiago Gómez Sierra.

Se trata de un encuentro enmarcado “entre las dos orillas” porque hace referencia a los dos puntos geoestratégicos de esta visita de los iniciadores del Camino Neocatecumenal. Por un lado, el norte de África (Ceuta), en el que Kiko Argüello se reunió por la mañana con los responsables de la evangelización en la provincia y visitó el Centro Neocatecumenal. Por otro, Alcalá de los Gazules, donde se realizó este encuentro vocacional con el que se busca promover vocaciones  que ayuden a la evangelización del continente asiático.

Jóvenes seminaristas portaron hasta el escenario las imágenes del Cristo del Perdón y de la Virgen  del Buen Suceso, ambas veneradas en Alcalá de los Gazules, y que presidieron el encuentro.

“El cristianismo antes que una moral, que una forma de vida, es el anuncio de una noticia que cada vez que se proclama se está anunciando la salvación”, dijo Argüello durante el anuncio del kerigma, es decir, el anuncio de la muerte y resurrección de Jesucristo.

El objetivo de este encuentro era despertar vocaciones entre los jóvenes para evangelizar en Asia. Kiko Argüello comentó la necesidad de dar a conocer a Cristo en los países asiáticos “tal y como San Juan Pablo II anunció como misión de la Iglesia para el Tercer Milenio”. Argüello urgió a los jóvenes a ponerse en manos de Dios para dejar a un lado la “autonomía moral que impide al hombre hacer la voluntad de Dios”. Asimismo, el iniciador del Camino Neocatecumenal hizo hincapié en que “todos los cristianos estamos llamados a anunciar el Evangelio”.

De entre los miles de asistentes a la asamblea de jóvenes, de hombres y mujeres, de familias enteras, pusieron sus vidas al servicio de la Nueva Evangelización en tierras asiáticas.

Por su parte el obispo de la diócesis de acogida de este encuentro, Mons. Rafael Zornoza, reivindicó la fe. “La fe es el poder de Dios a nuestro servicio. La fe nos da, por el bautismo, la vida eterna. Hoy tenemos que reconocer a Cristo que ha querido hacer suya nuestra vida, enseñarnos a vivir, a sufrir, a trabajar a descansar. Es el obrero, el carpintero, el hijo de María, pero es Dios”, dijo monseñor Zornoza.

“Cristo ha resucitado. ¡Vayamos con Él! Tenemos que mostrar el camino del cielo, de la vida, el camino de los hombres. Tenemos que vivir para anunciar el evangelio y llamar a la conversión. En el camino del amor de Dios nunca se puede decir basta, sólo se puede decir ‘más’ ”, concluyó su homilía dando paso a la petición de vocaciones entre los jóvenes presente. Esta solicitud de vocaciones al sacerdocio fue respondido por casi un centenar de jóvenes que recibieron la bendición de los presbíteros y a los que se sumaron más de cien chicas que se pusieron a disposición de la evangelización en Asia.

También mostraron su predisposición a la evangelización del continente asiático cien familias del Camino Neocatecumenal.

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