El sacerdote católico holandés Frans Van der Lugt, jesuita, fue asesinado hoy alrededor de las 8 de la mañana por un comando de hombres armados frente a la residencia de los jesuitas de la ciudad de Homs. La noticia de la muerte del padre Van der Lugt, que tenía 75 años, fue difundida por la agencia AP y habría sido posteriormente confirmada por el padre Alex Bassili, de la Curia provincial del Medio Oriente y del Magreb.
Giorgio Bernardelli, hace algunos meses, había trazado un breve perfil: « Holandés, el padre van der Lugt vive en Medio Oriente desde hace cincuenta años: llegó a Siria en 1966, después de un breve periodo en el Líbano para aprender árabe. Llegó con una expriencia humana muy particular, la de un religioso que también es psicoterapeuta, competencia que se reveló preciosa para lograr tender puentes de paz y de comprensión recíproca entre cristianos y musulmanes».
El director de la Sala de Prensa Vaticana, el padre también jesuita Federico Lombardi, afirmó: «El padre Van der Lugt fue asesinado esta mañana en Homs, según el testimonio ofrecido por sus hermanos fue capturado por dos hombres armados que lo golpearon y después asesinaron con dos disparos en la cabeza. Muere de esta manera un hombre de paz, que con gran valentía supo permanecer fiel en una situación extremadamente arriesgada y difícil a aquel pueblo sirio al que había dedicado desde hace tiempo su vida y su servicio espiritual».
"En donde el pueblo muere –prosiguió–, mueren con él también sus fieles pastores. En este momento de gran dolor, expresamos nuestra participación en la oración, pero también gran agradecimiento y orgullo por haber tenido un hermano tan cercano a los que más sufren en el testimonio del amor de Jesús hasta el final".