"El cristianismo no es una doctrina filosófica, no es un programa de vida para sobrevivir, para ser educados, para hacer la paz. Éstas son consecuencias. El cristianismo es una persona, una persona elevada, en la Cruz, una persona que se anonadó a sí misma para salvarnos; se ha hecho pecado”.
El Papa explicó además que la Cruz no es un adorno que se coloca en el altar sino que "es el misterio del amor de Dios” donde los pecados son perdonados.
EXTRACTO DE LA HOMILÍA DEL PAPA
"No hay posibilidad de salir solos de nuestro pecado. No hay posibilidad. Estos doctores de la ley, estas personas que enseñaban la ley, no tenían una idea clara sobre esto. Creían, sí, en el perdón de Dios, pero se sentían fuertes, suficientes, sabían todo. Y al final habían hecho de la religión, de la adoración a Dios, una cultura con los valores, las reflexiones, ciertos mandamientos de conducta para ser educados, y pensaban, sí, que el Señor puede perdonar, lo sabían, pero estaban demasiado lejos de todo esto”.
"El cristianismo no es una doctrina filosófica, no es un programa de vida para sobrevivir, para ser educados, para hacer la paz. Éstas son consecuencias. El cristianismo es una persona, una persona elevada, en la Cruz, una persona que se anonadó a sí misma para salvarnos; se ha hecho pecado. Y así como en el desierto fue elevado el pecado, aquí ha sido elevado Dios, hecho hombre y hecho pecador por nosotros. Y todos nuestros pecados estaban allí. No se comprende el cristianismo sin entender esta humillación profunda del Hijo de Dios, que se humilló a sí mismo haciéndose siervo hasta la muerte y muerte de Cruz, para servir”.
"No es un ornamento, que nosotros debemos poner siempre en las iglesias, sobre el altar, allí. No es un símbolo que nos distingue de los demás. La Cruz es el misterio, el misterio del amor de Dios, que se humilla a sí mismo, se hace ‘nada’, se hace pecado. ¿Dónde está tu pecado? ‘No lo sé, tengo tantos aquí. No, tu pecado está allí, en la Cruz. Ve a buscarlo ahí, en las llagas del Señor, y tu pecado será curado, tus llagas serán curadas, tu pecado será perdonado. El perdón que nos da Dios no es cancelar una cuenta que tenemos con Él: el perdón que nos da Dios son las llagas de su Hijo en la Cruz, elevado sobre la Cruz. Que Él nos atraiga hacia Él, y que nosotros nos dejemos curar”.