La Primera Evangelización y misión de Galicia en la Antigüedad y en la Edad Media, una luz esperanzadora para la Nueva Evangelización en la Galicia Postmoderna

Las primeras lluvias otoñales no impidieron que algo menos de medio centenar de párrocos y sacerdotes acudiesen hasta Santiago, un miércoles más, para asistir a la Escuela de formación permanente de sacerdotes que durante todo este año se desarrolla en las aulas del Instituto Teológico Compostelano.

En continuidad con la temática de la semana pasada sobre la Nueva Evangelización, el compostelano sacerdote y profesor de historia, Francisco Buide del Real, nos retrotraía a los orígenes de la primera gran evangelización de la Historia de la Iglesia, la comprendida entre la Antigüedad y la Edad Media, a la vez que terminaba centrándose, particularmente, en nuestra geografía gallega.

El presente año 2013 –como indicaba Fran al comienzo de su intervención– nos remite a la conversión de Constantino y del Edicto de tolerancia que permitió la práctica y la extensión de la naciente Iglesia cristiana.

 En efecto, exactamente mil setecientos años después de este evento histórico, y en el contexto de la postmodernidad, la Iglesia inicia una Nueva Evangelización con nuevo ardor, nuevos métodos y nuevas expresiones.

Durante su intervención, la pericia histórica del profesor Buide nos fue mostrando las notas comunes o constantes que la situación y la acción evangelizadora y misionera de entonces comparte con el actual momento. Una vez más, la memoria de la historia se convertía en maestra para el presente y en profecía para un futuro que se muestra esperanzador. Como versa el tópico literario clásico de origen bíblico “nihil novum sub sole”; de manera que, podríamos complementarlo diciendo: “y tanto todavía que aprender del pasado”.

Precisamente, el diálogo de los sacerdotes asistentes al curso dejo patente la constatación de la novedad y, a la vez antigüedad de tantos de los rasgos o constantes propios de la evangelización y la misión que el joven presbítero e historiador fue mostrando y exponiendo. Entre éstos, se señalaba el hecho de que en nuestra época se puede constatar como se entremezclan en nuestros creyentes rasgos sincretistas y de paganismo.

Por otro lado, si bien es cierto que otra constante de la Antigüedad son las grandes conversiones en masa –casi siempre como consecuencia de haberlo hecho un rey, aristócrata o personaje influyente del momento–, no menos cierto es que –como indicaba el joven profesor– también había una viva conciencia de la necesidad de la conversión personal. En este sentido –continuaba diciendo–, se distinguía entonces entre bautizados y creyentes, que es exactamente lo que ocurre hoy tal y como muestra la ya clásica expresión “muchos son los bautizados pero poco los evangelizados”. De manera que ya en la Antigüedad –concluía– se comienza a hablar, con estas palabras, de la necesidad de una nueva o “segunda conversión” tras el bautismo.

No obstante –como también puntualizaba Fran– no se puede juzgar negativamente y sin más estas conversiones masivas o colectivas. Hay que tener en cuenta –nos indicaba–, al menos dos elementos. En primer lugar, que detrás de estas conversiones se encuentra un profundo sentido de confianza y solidaridad con un caudillo, un rey o un pueblo; y ¿qué es la fe, sino un acto de confianza en un Señor? En segundo lugar, que el sentido gregario que las mismas nos puedan dar conecta perfectamente con la consideración que Jesús mismo tenía de la humanidad y los creyentes como grey.

Junto a todo lo anterior, se insistió también la importancia del protagonismo que las mujeres tuvieron en la primera evangelización del territorio gallego. Ciertamente, en muchas ocasiones, tras la conversión de una esposa o una madre, también acababan haciéndolo su esposo y el hijo. Finalmente, el joven profesor, nos hablaba de la importancia de los monacatos en las geografías rurales como la nuestra, pues estos pasarían de ser simplemente centros ascéticos a convertirse en activos focos de evangelización y misión.

Apoyados en la memoria de la primera gran misión y acción evangelizadora de la Iglesia Antigua y Medieval podemos acometer, hoy, llenos de esperanza, una NUEVA evangelización en nuestro territorio gallego.
Miguel López Varela - Director del Secretariado de Catequesis

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