Por: Jose Antonio Varela Vidal | ZENIT
 
En pocos días termina el pontificado del santo padre Benedicto XVI. El dato exacto es que desde las veinte horas del jueves 28 de febrero será declarada la Sede Vacante, a fin de disponer todo para la elección del sucesor número 266 de san Pedro.

Los tiempos no escapan a todo tipo de especulaciones acerca de cifras, de “bloques” entre cardenales, así como del perfil más conveniente del nuevo papa ante los tiempos actuales. Cavilaciones les llaman otros…

El legado de Benedicto XVI
Sin embargo, no debe olvidarse que hay un papa que se va después de dar lo mejor de sí y que supo pedir disculpas por sus defectos. Ahora es justo centrarse en lo principal de su obra, porque como dicen “es de bien nacidos ser agradecidos”.

En un breve recorrido por la obra y actividades del santo padre, ZENIT ofrecerá a sus lectores un Dossier por entregas sobre este pontificado que ha alcanzado casi los ocho años. Una atenta lectura nos permitirá refrescar lo que fue parte del magisterio del “papa teólogo”.

En esta primera entrega, publicamos un resumen de las tres encíclicas del santo padre Benedicto XVI, esto es, la Deus Caritas Est, Spe Salvi y Caritas in Veritate.

Deus Caritas Est: Dios es amor
Rompiendo tradiciones, Benedicto XVI presentó él mismo su encíclica Deus Caritas Est a los lectores de una revista italiana de gran difusión. Si bien el papa firmó la encíclica el 25 de diciembre de 2005, escribió las líneas siguientes en la edición del 5 de febrero de 2006.

Al inicio, de hecho, el texto puede parecer un poco difícil y teórico. Sin embargo, cuando uno se pone a leerlo, resulta evidente que solamente he querido responder a un par de preguntas muy concretas para la vida cristiana.

La primera pregunta es la siguiente: ¿es posible amar a Dios?; más aún: ¿puede el amor ser algo obligado? ¿No es un sentimiento que se tiene o no se tiene? La respuesta a la primera pregunta es: sí, podemos amar a Dios, dado que Él no se ha quedado a una distancia inalcanzable sino que ha entrado y entra en nuestra vida. Nos sale al paso de cada uno de nosotros: en los sacramentos a través de los cuales actúa en nuestra existencia; con la fe de la Iglesia, a través de la cual se dirige a nosotros; haciéndonos encontrar hombres, tocados por Él, que nos trasmiten su luz; con las disposiciones a través de las cuales interviene en nuestra vida; también con los signos de la creación que nos ha regalado...

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