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En la Congregatio XVII, intervino el benjamín del Sínodo, un joven catequista de la diócesis de Roma llamado Tommaso de tan sólo 23 años e invitado como oyente a este Sínodo. La cuestión es que este joven inyectó un poco de savia en la asamblea, cautivando a todos los presentes con un testimonio atrevido, directo y sencillo que arrancó la ovación más grande en lo que llevamos de Sínodo.
Me imagino los nervios que pudo pasar cuando escuchó: "Loquatur nunc Dominus Tomasso Spinelli et ad loquendum se praeparet...". Tragó saliva y comenzó:
Mi reflexión quiere ser simplemente una ayuda para entender qué espera un joven de la nueva evangelización. Vosotros sacerdotes (dirigiéndose a los obispos) habéis hablado sobre el papel de los laicos, yo que soy laico, quiero hablar del papel de los sacerdotes. [Risus]
Nosotros los jóvenes tenemos necesidad de guías fuertes, sólidos en su vocación y en su identidad. Es de vosotros, sacerdotes, de quien nosotros aprendemos a ser cristianos, y ahora que las familias están más desunidas, vuestro papel es todavía más importante para nosotros. Vosotros nos testimoniáis la fidelidad a una vocación, nos enseñáis la solidez en la vida y la posibilidad de elegir un modo alternativo de vivir, siendo éste más bello que el que nos propone la sociedad actual.
Mi experiencia testimonia que allí donde hay un sacerdote apasionado...
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Oscar Valado