Ultimamente se me ocurren títulos un poco extraños... pero atendiendo al contenido de esta entrada me parece acertado. ¡A ver qué sale de aquí!

Esta mañana en el Sínodo de Obispos, después de una serie de intervenciones,  ya en la pausa y con un café y un pastelito en la mano... se me acercó sigilosamente un obispo y me preguntó: 
– ¿Tú que opinas de todo esto? (haciendo referencia al Sínodo). 
Os imagináis mi cara de pocker, ¿no?. Lo primero fue tragar como un pavo el pastelito y después responder: 
– Disculpe Excelencia ¿a qué se refiere exactamente? (contestar con otra pregunta siempre ayuda a centrar el tema). 
Sentenció:  
– Tú eres joven (asentí agradecido), ¿crees que esto llega a los jóvenes? ¿esto de la nueva evangelización?. 
Con cierta prudencia dije:
Creo que pecamos de cierto victimismo. No podemos ir por el mundo diciendo que somos la víctima de una sociedad secularizada; al fin y al cabo, éste es el mundo que nos ha tocado vivir y los jóvenes a los que intentamos acompañar viven en él, como deberíamos vivir nosotros. Aquí abrió los ojos... y me preguntó interesado:
¿Qué quieres decir? ¿que no vivimos en el mismo mundo?
Lo primero que se me pasó por la cabeza fue: ¿quién me mandaría a mí tomarme un café con un pastelito justo en ese lugar?. Continué como pude:
Creo que en ocasiones nos aventuramos a hacer un análisis de la sociedad pero sin escuchar lo que las personas nos quieren decir. Falla el punto de partida en la discusión. Por ejemplo, una de las finalidades de la nueva evangelización es acercarse a los bautizados que no creen o se dicen no creyentes. Posiblemente exista una dificultad en reconocer que existe una estampida en la edad de la  confirmación, por lo menos en España (el obispo no es español). ¿Qué falla? ¿el anuncio? ¿la catequesis? ¿nuestras celebraciones?... por muchos análisis que hagamos jamás lo descubriremos, porque las respuestas nos las tendrán que dar los que llamamos "alejados". Si no nos atrevemos a preguntar cosas como: ¿qué es lo que no han encontrado en la Iglesia?¿qué esperaban de ella?¿que experiencia han tenido de Dios?¿pinta algo en su vida?...

La conversación duró 20 minutos más, resultó interesantísima. Hasta el punto que le mostré un vídeo que me ha parecido muy interesante, por lo menos la primera y la última parte (recomiendo verlo entero).

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