
Las autoridades sirias han cerrado tiendas e impuesto toque de queda. También las iglesias los obispos católicos de Alepo decidieron cerrar las iglesias para evitar la propagación del virus.
Un sistema de salud precario
Sin embargo, este religioso cree que poco se puede hacer en un país
devastado por la guerra y con un sistema de salud muy precario en estos
momentos. Relata a Ayuda a la Iglesia Necesitada
que “Siria ha perdido muchos hospitales y centros de salud, destruidos
por los terroristas, como el Hospital Al-Kindi y el Hospital
Oftalmológico. Muchos aparatos e instrumentos médicos fueron saqueados.
Muchos doctores emigraron porque los terroristas los secuestraron o
amenazaron con matarlos. Por lo tanto, el sistema de salud se encuentra en un estado frágil y aquí radica el temor de que el virus se propague entre la gente, especialmente entre los soldados árabes sirios”.

La ayuda de la Iglesia
Alepo fue liberada el 24 de diciembre de 2016, pero quitando unas pocas familias, el resto de cristianos viven sin apenas recursos y gracias a la asistencia de la Iglesia,
que a la vez es ayudada por instituciones como Ayuda a la Iglesia
Necesitada. Sin estas ayudas, los cristianos no podrían regresar a sus
hogares y preservar la presencia cristiana en el Medio Oriente.
De hecho, este sacerdote recuerda el drama de los cristianos en
Siria: “el número de familias cristianas, de todas las denominaciones
cristianas, que vivían en Alepo antes de la guerra era de 30.000, hoy el número ha disminuido hasta llegar a 10.000.
Además, sufrimos un envejecimiento enorme, el número de personas
mayores ha aumentado a dos tercios de la sociedad, no solo en Alepo,
sino en toda Siria. La falta de fuerza laboral joven se agrava debido al
servicio militar.”
Desde la liberación de Alepo, 75 familias armenio-católicas han
regresado, pero desplazadas de otras áreas del país, no de Europa. “Para alentar a las familias a regresar a Siria, necesitamos levantar las sanciones económicas
– como ha pedido el Papa en su discurso de Pascua – y ayudar a los
jóvenes a encontrar trabajos. También necesitamos seguridad, asistencia
médica y abolir la reserva militar, para que los jóvenes puedan
trabajar, construir su futuro y crear una familia” concluye padre
Antoine.
El coronavirus es una preocupación más entre tantas otras, pero la epidemia mundial lleva a los sirios sobre todo a temer las consecuencias económicas
que, por una parte, podrían agravar todavía más el calvario de los
sirios y, por otra, provocar una disminución de las ayudas y programas
de emergencia, ahora más necesarias que nunca para sobrevivir.
Aquí puede colaborar con Ayuda a la Iglesia Necesitada
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