En los confines del norte diocesano, lejos del ruido administrativo, el Concello de A Capela muestra sin rubor la fuerza de su naturaleza viva, insospechada. Santiago Cotelo es párroco en una Unidad Pastoral de muchas parroquias en esa zona. Perlío y Barallobre, sean tal vez los núcleos de mayor población que atiende. Sus feligreses se unen hoy en oración, encomendando a todos los diocesanos. Su comunión es fuerza para la Iglesia.

Algunos signos de vida parroquial en tiempo de coronavirus:
– El párroco celebra la Misa a diario en Perlío, sin afluencia de personas. La edad elevada de la población, le inclina a llamar con frecuencia a los contactos que él maneja para interesarse por su situación.

– Cáritas: algunas personas acuden a Cáritas de As Pontes, ayuntamiento cercano. Unas 20-30 personas reciben allí atención primaria. Un grupo de 10 voluntarios (integrado, también, por gente mayor), constituye un núcleo de Cáritas en la zona de Perlío y Barallobre. En ellas, unas 10-12 familias se amparan en la ayuda de la institución eclesial.

– Debido a múltiples circunstancias, el párroco ha tenido que asumir el reparto de alimentos a las familias más necesitadas y, además, trabajo manual de “jardinería” y desinfección en los templos, para ponerlos a punto cuando el culto se vaya retomando según las fases sanitarias indicadas.
pastoralsantiago.es
Foto: Miguel Castaño
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