
La nueva realidad
Es más, les insta a contagiar a laicos, religiosas y religiosos a que
“en la nueva realidad que nos espera” conviertan las parroquias y demás
comunidades en “hogares con las puertas abiertas a todas las
personas y hospital de campaña para los pobres de siempre y para quienes
están sufriendo las consecuencias de esta pandemia”.
En esta misiva, a la que ha tenido acceso Vida Nueva, Stella se hace
eco de la muerte de al menos cincuenta sacerdotes españoles “a causa del
coronavirus”. “El sacrificio de estos sacerdotes y de tantas otras
personas, que han arriesgado y perdido su vida, por llevar salud,
alimentos, consuelo, esperanza… nos recuerda que Dios nos ha dado la
vida para compartirla, para entregarla generosamente”, reflexiona en la misiva.
Ganar en generosidad
A renglón seguido, Stella subraya que “el testimonio de estos
sacerdotes es un buen antídoto contra la tentación de utilizar
egoístamente el ministerio sacerdotal, para alcanzar bienes materiales,
prestigio, intereses materiales, prebendas…”. En esta misma línea,
puso en valor cómo “ellos anuncian silenciosamente que Dios no se deja
ganar en generosidad”. cardenal Beniamino Stella, prefecto de la
Congregación para el Clero y los Seminarios.
De la misma manera, el purpurado ha felicitado a los curas españoles por su “caridad pastoral” que calificó de “especialmente creativa” en arar de que la comunidad cristiana sienta “la cercanía de Dios y la solidaridad”.
Luz y fortaleza
En la carta, el cardenal aprovecha para reivindicar, no solo la atención médica como una necesidad básica, sino también los “espacios para poner nombre a sus sentimientos, luz y fuerza para seguir amando y confiando, para enfrentarse a la incertidumbre, a la enfermedad, a la muerte de seres queridos y al fin de la propia vida”.
Stella también reconoce en su texto que “estas semanas extrañas” han
ayudado a “redescubrir” aspectos como “la celebración de la fe en las
familias y en pequeñas comunidades”, “el acompañamiento personal de los
fieles” a través de las nuevas tecnologías, “la oración pausada”…
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