
- Es conveniente retirar el agua bendita de las pilas que hay en las entradas de los templos y en otros lugares de devoción.
- Mantener la indicación de evitar dar la mano y otras formas de contacto físico en el rito de la paz; y recordar que, según lo previsto en las normas, es posible también prescindir de este rito en estas circunstancias, e invitar directamente a la preparación para la Comunión.
- Que los sacerdotes y los ministros extraordinarios que distribuyen la comunión durante la Eucaristía, se laven las manos antes y después de este momento. Se aconseja a los sacerdotes que para ello tengan un espray o líquido desinfectante en las sacristías y lo usen antes de celebrar los actos de culto.
- Que las muestras de devoción y afecto hacia las imágenes, tan propias de este tiempo de Cuaresma y en la próxima Semana Santa, puedan ser sustituidas por otras como la inclinación de cabeza ante las imágenes sagradas del Señor, de su Madre o de algún otro santo de especial devoción. El día de Viernes Santo en la adoración de la Cruz utilícese la segunda forma, nº 19 (Cf. El sacerdote, toma la cruz y, de pie ante el altar, invita al pueblo a que adore la Santa Cruz en silencio). Es necesario evitar todo tipo de contacto físico con cruces, medallas, escapularios, etc. que ya hayan sido besadas por otros fieles, facilitando, además, una mayor rapidez que evite aglomeraciones innecesarias.
La prudencia y la preocupación por el bien propio y del prójimo nos
parecen razones suficientes para que también como Iglesia contribuyamos
en lo posible a evitar circunstancias que puedan dar lugar a la
expansión infecciosa del virus COVID-19. Vivir con fe esta situación nos
pide igualmente no dejarse dominar por el miedo, como si no tuviésemos
esperanza, dando así testimonio del destino de vida al que estamos
llamados por Dios; y procurar ejercer la caridad en los modos adecuados:
que nadie quede abandonado en nuestras comunidades parroquiales, ni
quede sin respuesta el prójimo que necesite nuestra ayuda.
Los Obispos de la Provincia eclesiástica de Santiago de Compostela
participamos de la creciente preocupación, los temores y ansiedades de
la población por la rápida propagación del coronavirus a nivel mundial.
Asimismo, agradecemos la generosa dedicación del personal sanitario y
administrativo, auxiliares y voluntarios durante este periodo.
Queremos vivir estos momentos de dificultad unidos, como Iglesia; y,
por eso, junto con las medidas y propuestas anteriores y, a la espera de
ulteriores medidas que pudieran emitir las autoridades sanitarias,
invitamos insistentemente a todos los fieles de esta Provincia
eclesiástica de Santiago de Compostela a ser constantes en la oración
por la salud pública y la de todos los afectados, y a confiar siempre en
Dios Padre.
+ Julián, Arzobispo de Santiago.
+ Luis, Obispo de Tui-Vigo.
+ Alfonso, Obispo de Lugo.
+ José Leonardo, Obispo de Ourense.
+Luis Ángel cmf, Obispo de Mondoñedo-Ferrol.
+ Jesús, Obispo Auxiliar de Santiago.
Archicompostela