La ciudad de Bérgamo es junto con Brescia las ciudades de Lombardía que más están sufriendo el brote de coronavirus en Italia, país que tiene 24.747 diagnosticados y más de 1800 muertos.
En esta grave crisis muchos sacerdotes han estado en primera línea de
batalla para garantizar la asistencia espiritual de sus feligreses. Y la
consecuencia es que sólo en la Diócesis de Bérgamo, algo más pequeña
que la de Getafe en número de habitantes, ya han fallecido seis sacerdotes por el coronavirus esta pasada semana y veinte sacerdotes están hospitalizados.
El drama de esta situación ha sido expresado por el propio obispo de
Bérgamo, monseñor Francesco Beschi, que en una entrevista en InBlu Radio que recoge el diario Avvenire. “Aunque
somos muchos, el número de sacerdotes que murieron esta semana y el de
que aquellos que todavía se encuentran en una situación particularmente
grave es realmente alto”, se lamentaba el prelado italiano.
Por otro lado, el obispo de Bérgamo anunció “en pocos días las condiciones de 20 sacerdotes han mejorado considerablemente y algunos ya han abandonado el hospital. Esta es una señal que nos consuela mucho”.
"No estamos separados de nuestra comunidad ni en la muerte"
De este modo, el obispo Beschi ha afirmado en la entrevista que
“estamos viviendo este dolor compartiéndolo con el de nuestras
comunidades y las personas infectadas, enfermas y la gran cantidad de
muertes. No estamos separados de nuestra comunidad ni en el paso a la muerte”.
En los últimos 15 días –agrega el pastor de Bérgamo- “he visto una
creciente generosidad por parte de todos. Hoy estamos en nuestros
hogares y veo vínculos de proximidad muy significativos. Dentro de
este horizonte, la generosidad de los sacerdotes surgió con el
sufrimiento inicial de no poder celebrar más misa con los fieles.
Incluso hoy, con todas las debidas precauciones estamos cerca de las
personas conscientes de que, por un lado, llevamos a Jesús y, por otro,
podríamos convertirnos en portadores del virus. La relación a través de
los medios y las redes sociales está creciendo mucho, ahora es la única
forma que nos permite estar cerca de todos”.
Y es que el obispo ha avisado que “debemos tener cuidado porque los tiempos aún serán largos.
Hemos pasado de una cierta indiferencia a una mayor conciencia y
comprensión mutuas. Ahora este intercambio debe mantenerse en las
próximas semanas".
"Ya ni siquiera podemos ungir a los enfermos"
Además, en el Osservatore Romano, el obispo Beschi informó que "ya ni siquiera podemos ungir a los enfermos:
los sacerdotes en las parroquias intentan acercarse a los enfermos,
pero existe la preocupación de no juntar el virus con el Señor Jesús,
así que hay también que ser un poco prudente. En este punto dijimos:
pero ‘¿por qué una persona bautizada no puede dejar una marca cristiana
en aquellos que están enfermos?’ Comenzando con aquellos que están en la
familia, los hijos, los nietos, bendigan a sus abuelos, a sus padres.
Así hacen una señal de fe para ellos".
"La Iglesia - agrega - dice que teniendo el propósito, entonces, de confesar sacramentalmente lo antes posible, recibo el perdón de Dios. Aquí, quería recordarles a los fieles esta posibilidad".
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