La puerta hacia la salvación es estrecha: requiere compromiso y una voluntad firme de vivir según el Evangelio, avisó el Papa Franccisco este domingo 25 de agosto comentando el evangelio del día durante el saludo del Ángelus en la ventana del Palacio Apostólico en San Pedro del Vaticano.

En el Evangelio del día (Lucas 13, versículos 22 al 30) un hombre pregunta a Jesús si los que se salvan "son pocos".El Papa señaló que la respuesta de Jesús, no se enfoca en la “cantidad” sino en la “responsabilidad”, con lo que nos invita a “usar el bien”, en el tiempo presente. En efecto, el Maestro dice: «Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán» (v. 24).

Las palabras de Jesús, hacen comprender que “no se trata de una cuestión de número”, pues “no hay ‘número cerrado’ en el Paraíso”.

«Jesús no quiere ilusionarnos diciendo: “Sí, tranquilos, es fácil, hay una hermosa carretera y en el fondo una gran puerta...”. No, Jesús nos dice esto: nos habla de la puerta estrecha. Nos dice las cosas como son: el pasaje es estrecho. ¿En qué sentido? En el sentido de que para salvarse uno debe amar a Dios y al prójimo, ¡y esto no es cómodo! Es una “puerta estrecha” porque es exigente, el amor es exigente siempre, requiere compromiso, más aún, “esfuerzo”, es decir, una voluntad firme y perseverante de vivir según el Evangelio. San Pablo la llama “la buena batalla de la fe”. Se necesita el esfuerzo de todos los días, de todo el día para amar a Dios y al prójimo».

Los injustos no reconoce títulos, sólo la verdadera vida
Ahondando en la parábola narrada por Jesús a estos hombres, el Santo Padre explicó que hay un “dueño” de una casa que “representa al Señor”, y su casa “simboliza la vida eterna, la salvación”.

«Aquí vuelve la imagen de la puerta. Jesús dice: “En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: ‘Señor, ábrenos’. Y él les responderá: ‘No sé de dónde son ustedes’”.».

Estas personas, dijo el Papa, “tratarán de ser reconocidas", recordando al propietario que han comido y bebido con él y que han escuchado sus consejos, sus enseñanzas en público. Pero el Señor repetirá que no los conoce y los llama "agentes de injusticia”. “Este es el problema”, señaló Francisco. Pues, “el Señor nos reconocerá no por nuestros títulos, - mira, Señor, que yo pertenecía a aquella asociación, que era amigo de aquel monseñor, de tal cardenal, de tal sacerdote...', no. Los títulos no cuentan. El Señor nos reconocerá solo por una vida humilde, una vida buena, una vida de fe que se traduce en obras”.

Luchar contra todas las formas de maldad e injusticia
El Pontífice concluyó señalado el significado que esto tiene para nosotros los cristianos. Y es que estamos llamados a establecer una verdadera comunión con Jesús “orando, yendo a la iglesia, acercándonos a los Sacramentos y nutriéndonos con su Palabra”.

«Esto nos mantiene en la fe, alimenta nuestra esperanza, reaviva la caridad. Y así, con la gracia de Dios, podemos y debemos prodigar nuestras vidas por el bien de nuestros hermanos y hermanas, luchando contra todas las formas de maldad e injusticia».

El Santo Padre Francisco terminó rogando a la Virgen María para que nos ayude en esto. Ella que “pasó por la puerta estrecha que es Jesús”, “ lo acogió con todo su corazón y lo siguió todos los días de su vida”, “aun cuando no entendía”, aun cuando “una espada atravesaba su alma”.

«Por eso la invocamos como “Puerta del Cielo”; una puerta que sigue exactamente la forma de Jesús: la puerta del corazón de Dios, corazón exigente, pero abierto a todos nosotros».

Preocupación por el Amazonas
En los saludos tras el rezo mariano el Papa Francisco expresó la gran preocupación que nos aqueja a todos por los grandes incendios que se han desarrollado en la región amazónica, y pidió rezar para que puedan ser controlados lo antes posible con el compromiso de todos. Estas fueron sus exactas palabras:
«Estamos todos preocupados por los grandes incendios que se han desarrollado en el Amazonas. Recemos para que, con el compromiso de todos, puedan ser domados lo antes posible. Ese pulmón de bosques es vital para nuestro planeta».
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