- Asegura que la Eucaristía “nos compromete a hacer un mundo más humano y habitable donde se valore la dignidad de la persona, y se colabore en el bien común
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, presidió este
domingo las celebraciones del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el
popular Corpus Christi, en A Coruña y en Compostela, mientras que su
obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández González lo hizo en
Pontevedra. En su homilía, el arzobispo compostelano señaló que “vivir
de la Eucaristía nos compromete a hacer un mundo más humano y habitable
donde se valore la dignidad de la persona, y se colabore en el bien
común”. Monseñor Barrio indicó que también en esta época “como aquella
multitud que seguía a Jesús, con frecuencia también experimentamos el
cansancio por las dificultades de la vida personal, matrimonial,
profesional. Este cansancio nos afecta en toda su complejidad, también
espiritualmente porque a veces no sentimos cerca a Dios”. Pero manifestó
que “también hoy el milagro es multiplicar nuestra solidaridad y avivar
nuestra fraternidad. La multiplicación de los panes y los peces es
signo de misericordia con los hambrientos y símbolo anticipado de la
Eucaristía”.
“Hemos de reforzar”, explicó el arzobispo, “los lazos de la comunión y
trabajar por el bien común para vernos liberados de los males externos e
internos que nos aquejan como la inmoralidad, el egoísmo y la
insolidaridad. No es cristiano decir: “sálvese quien pueda”. Estamos
llamados a ser testimonio vivo de que el amor verdadero, gratuito, y
universal es posible en nuestra vida”.
Las celebraciones de esta solemnidad habían dado comienzo en Santiago
en la víspera del Corpus, con una Hora Santa que tuvo lugar en la
Iglesia de Huérfanas en la noche del sábado. La Eucaristía que presidió
D. Julián Barrio en Compostela tuvo lugar en la Iglesia de San
Francisco, con la tradicional procesión de Corpus Christi por las calles
y plazas de la zona vieja, terminando con la bendición del Santísimo en
la Plaza de Platerías.
En A Coruña, la Eucaristía se celebró en la Iglesia de San Jorge,
también presidida por el arzobispo compostelano. Por otra parte, en la
ciudad de Pontevedra fue el obispo auxiliar, monseñor Jesús Fernández,
quien presidió la liturgia de esta solemnidad. La Misa Solemne tuvo
lugar en la Real Basílica de Santa María la Mayor. Algunas partes del
recorrido de la procesión, como la Avenida de Santa María o la Plaza de
la Herrería estaban adornadas con las habituales alfombras florales,
elaboradas durante la tarde y la noche del sábado.