- Cuando te enamoras de Dios, cuando sabes que Dios está enamorado de ti, no te puedes callar, tienes que anunciarlo.
- Las diócesis gallegas tenemos como objetivo una misión interdiocesana en algún lugar del mundo.
A tres días de la celebración del Domingo mundial de las misiones, el
delegado de la archidiócesis, David Álvarez, hace un llamamiento a los
fieles para que oren por los misioneros y por su trabajo. Sin
minusvalorar la importancia de la colaboración económica, fundamental
para financiar proyectos en comunidades que carecen de lo más básico, el
sacerdote compostelano hace especial hincapié en la oración, y pide que
los cristianos tengamos presentes a los misioneros de un modo especial.
Pregunta.- ¿Qué es lo más urgente ahora mismo en la pastoral misionera?
Respuesta.- Lo más urgente es la animación
misionera. Aunque todo el tema de las misiones lo relacionamos con el
sobre o la hucha, lo más urgente e inmediato, en lo que nos estamos
volcando es en la animación. Se trata de despertar en los niños y
jóvenes la tarea que se nos da en el bautismo de anunciar el Evangelio.
Todos somos profetas, sacerdotes y reyes.
Pregunta. ¿Qué se está haciendo para esa animación?
Respuesta.- A parte de los materiales que se
elaboran para cada campaña, tanto del Domund como del día de la infancia
misionera, lo que intentamos es dar acceso a los jóvenes a las
realidades en tierras de misión. Desde la diócesis tenemos este año como
objetivo tener una experiencia de campo de trabajo en contexto de
pobreza y exclusión. Sería en verano, en Perú, con un número limitado de
jóvenes porque limitada es también allí la capacidad de acogida. Se
trataría de involucrar a los jóvenes que acaban la universidad y que
están en ese período en que aún no trabajan y quieren tener una
experiencia solidaria.
Pregunta.- ¿Tienes la impresión de que estamos desaprovechando las ganas de cambiar el mundo de los jóvenes?
Respuesta.- Sin duda. Muchos jóvenes, sin cerrarse a
la posibilidad de Dios pero sin ser de misa dominical, tienen una
inquietud y una humanidad que hay que aprovechar. Es una actitud muy
buena para satisfacer lo que reclaman y también para que puedan ver una
experiencia de fe y se puedan “contagiar” de eso.
Pregunta.- Hay misioneros españoles en medio planeta. ¿Qué necesidades concretas destacarías ahora mismo?
Respuesta.- Las necesidades económicas son
consecuencia de una iniciativa de evangelización. Es decir, yo quiero
llevar a Dios ad gentes y por el mundo en el que vivimos necesito medios
materiales. Pero si solo nos centramos en lo económico y nos saltamos
el paso previo, que es esa necesidad y entusiasmo por llevar a Dios
estamos evitando el paso más importante. Es fundamental que desde aquí
sintamos la necesidad de anunciar a Dios. Porque cuando te enamoras de
Dios, cuando sabes que Dios está enamorado de ti, no te puedes callar,
tienes que anunciarlo.
Pregunta.- ¿Qué le dirías a los que aún defienden que los misioneros lo que hacen es proselitismo?
Respuesta.- El misionero no está para transmitir una
idea o una filosofía. Está para anunciar cómo llegó a la felicidad
estando en relación con Dios. El misionero dice: “comparto contigo el
gran tesoro que descubrí en Dios”. Imponer es una palabra que no está en
el contexto misionero desde hace muchas décadas.
Pregunta.- Quien entra en contacto con los misioneros queda impactado. Incluso un ateo. ¿Cómo se explica esto?
Respuesta.- Creo que el misionero casi siempre es
una cara agradable. No importa que se comparta la fe del misionero.
Siempre se reconoce su labor humanitaria, a nivel social, de trabajar
por y para los pobres. Es raro que a un misionero se le cierren las
puertas. Porque el misionero, la misionera, son personas que lo dejan
todo para involucrarse en una realidad muchas veces trágica.
Pregunta.- ¿El misionero es aquel que se queda siempre cuando todos los demás se van?
Respuesta.- Sin duda. Te pongo un ejemplo. Hay una
misionera de nuestra diócesis que estaba destinada en un territorio
asolado por el SIDA y la lepra. La congregación decidió irse porque no
había vocaciones para mantener la misión. Ella dejó la propia
congregación para poder quedarse allí. Se quedó sin ningún tipo de
protección para correr la misma suerte de los más pobres. Esta es la
diferencia que encuentro con las ONG, que son muy importantes. Pero, por
ejemplo, ante una tragedia natural, las ONG están meses, un año, ayudan
y se van. Y está muy bien. Es necesario. La diferencia es que el
misionero estaba allí antes de la tragedia, está durante y quedará
después, si sigue vivo.
Pregunta.- El domingo es el DOMUND. ¿Cómo nos debemos involucrar los que nos decimos católicos?
Respuesta.- Teniéndolos presentes. Que seamos
conscientes de que otros católicos como nosotros están llevando el
tesoro de la fe a los lugares más apartados del planeta. Y no solo
sacerdotes. También muchos laicos e incluso familias. ¿Se les puede
ayudar económicamente? Genial. Pero sobre todo tenerlos presentes. Ser
conscientes de que la misión no es una actividad más de la Iglesia sino
que es a lo que se nos invita en el bautismo. Con las misiones se
colabora económicamente. Pero también es imprescindible la oración y
tener presentes siempre a los misioneros ad gentes. Y si es posible ir
nosotros también en algún momento a esa misión. Con ser importante lo
económico, la colaboración no puede reducirse a un sobre con dinero.
Pregunta.- ¿La diócesis tiene una tierra de misión “propia”?
Respuesta.- Tuvimos en su día, cuando había más
vocaciones. Estábamos hermanados con diócesis de Bolivia. Aquello no
pudo continuar. Hoy todas las diócesis gallegas tenemos como utopía
tener una misión interdiocesana.
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