El libro de la Sabiduría, muestra las maquinaciones de los impíos contra el justo. Todo lo que hacen los justos les desagrada a los impíos, porque les deja en evidencia. Así acontece también con el chorro de luz que deja claro el mal comportamiento de otros. Los impíos buscan una demostración de que el justo está actuando bien, en la respuesta a sus torturas. En el caso de que no mueran, es señal de que Dios avala su comportamiento; pero si mueren, es que no está de acuerdo con ellos.

El autor de la Carta de Santiago afirma que la Sabiduría es intachable, apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos. Precisamente los problemas entre los seres humanos so consecuencia de las ansias de placer y de progreso desmesurado de los que ansían tener cada vez más. La corrupción está emparentada con las envidias y asesinatos. El que es justo, en cambio, pide a Dios lo que necesita para hacer bien a los demás.

Jesús manifiesta ante sus discípulos que el Hijo del Hombre tiene que padecer mucho y morir, pero el Padre le resucitará al tercer día. Los discípulos, cuando iban por el camino, discutían sobre quién de ellos era el más importante. Su actitud era muy distinta de la de Jesús: para él, quien haya de ser el primero ha de ser el servidor de todos. El ejemplo a seguir es el del Hijo del Hombre, que no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida por la salvación de muchos.
José Fernández Lago
pastoralsantiago.es
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