Dios, a menudo, cuando da instrucciones, empieza con la palabra "levántate". Y San José le hizo caso. El Papa Francisco dedicó a la figura de San José, a quien tiene especial devoción, su homilía de este lunes 18 de diciembre en su misa matinal de la Casa Santa Marta.
El Santo Padre explicó la importancia de la figura de San José, y de la educación que proporcionó a Jesús durante su infancia, para la historia de la Salvación. “Si Jesús llamaba ‘papá’ a Dios Padre, fue porque lo aprendió de San José”, aventuró el Pontífice.
El Santo Padre explicó la importancia de la figura de San José, y de la educación que proporcionó a Jesús durante su infancia, para la historia de la Salvación. “Si Jesús llamaba ‘papá’ a Dios Padre, fue porque lo aprendió de San José”, aventuró el Pontífice.
La lucha interior de José
Cuando María vuelve de visitar a su prima Santa Isabel, José descubrió que estaba embarazada, y se desata una lucha en su interior. “José luchaba en su interior. En aquella lucha sentía la voz de Dios que le decía: ‘Levántate’, ese ‘levántate’ que tantas veces, al comienzo de una misión, podemos leer en la Biblia. ‘Levántate, toma a María y llévala a tu casa. Hazte cargo de la situación, haz frente a esta situación y ve adelante’”.
La reacción de José fue ejemplar: “José no fue junto a sus amigos a confortarse, no fue al psiquiatra para que interpretase su sueño. No: él creyó. Y fue adelante. Afrontó la situación. ¿Pero en qué consistía esa situación? ¿De qué se hizo cargo? De dos cosas: de la paternidad y del misterio”.
José, indicó el Pontífice, “se hizo cargo de una paternidad que no era suya, que venía del Padre. Y llevó adelante la paternidad con todo lo que ello implicaba: no sólo sostener a María y al niño, sino también hacer crecer al niño, enseñarle el misterio, llevarlo a la madurez del hombre. ‘Hazte cargo de la paternidad que no es tuya, sino de Dios’. Y esto sin decir una palabra. En el Evangelio no hay ninguna palabra dicha por San José. El hombre del silencio, la obediencia silenciosa”.
Una paternidad a la sombra del Padre Celestial
En este sentido, el silencio de José también proporciona una importante enseñanza. “José toma de la mano este misterio y ofrece su ayuda: con su silencio, con su trabajo hasta el momento en que Dios lo llama a sí”.
“De este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre aprendió a decir ‘papá’, ‘padre’, a su Padre que conocía como Dios, fue gracias a que lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelante la paternidad y el misterio, que no toma nada para sí mismo”, concluyó el Papa.
Cuando María vuelve de visitar a su prima Santa Isabel, José descubrió que estaba embarazada, y se desata una lucha en su interior. “José luchaba en su interior. En aquella lucha sentía la voz de Dios que le decía: ‘Levántate’, ese ‘levántate’ que tantas veces, al comienzo de una misión, podemos leer en la Biblia. ‘Levántate, toma a María y llévala a tu casa. Hazte cargo de la situación, haz frente a esta situación y ve adelante’”.
La reacción de José fue ejemplar: “José no fue junto a sus amigos a confortarse, no fue al psiquiatra para que interpretase su sueño. No: él creyó. Y fue adelante. Afrontó la situación. ¿Pero en qué consistía esa situación? ¿De qué se hizo cargo? De dos cosas: de la paternidad y del misterio”.
José, indicó el Pontífice, “se hizo cargo de una paternidad que no era suya, que venía del Padre. Y llevó adelante la paternidad con todo lo que ello implicaba: no sólo sostener a María y al niño, sino también hacer crecer al niño, enseñarle el misterio, llevarlo a la madurez del hombre. ‘Hazte cargo de la paternidad que no es tuya, sino de Dios’. Y esto sin decir una palabra. En el Evangelio no hay ninguna palabra dicha por San José. El hombre del silencio, la obediencia silenciosa”.
Una paternidad a la sombra del Padre Celestial
En este sentido, el silencio de José también proporciona una importante enseñanza. “José toma de la mano este misterio y ofrece su ayuda: con su silencio, con su trabajo hasta el momento en que Dios lo llama a sí”.
“De este hombre que se hizo cargo de la paternidad y del misterio se dice que era la sombra del Padre: la sombra de Dios Padre. Y si Jesús hombre aprendió a decir ‘papá’, ‘padre’, a su Padre que conocía como Dios, fue gracias a que lo aprendió de la vida, del testimonio de José: el hombre que custodia, el hombre que hace crecer, el hombre que lleva adelante la paternidad y el misterio, que no toma nada para sí mismo”, concluyó el Papa.
ReligiónenLibertad