El Papa Francisco mantuvo un diálogo por videoconferencia con un grupo de estudiantes de la universidad jesuita de Tolkio, Japón, la Sophia University, explicando la importancia de mantener las raíces y el contaxto con los mayores, y el deber de los jóvenes de ser activos, lamentando a los que con 25 años se convierten en cómodos “jóvenes de sillón”.
Las alegrías como Pontífice
La primera pregunta fue la de una chica japonesa de tercero de Teología que fue bautizada este año. “¿Cuál ha sido la alegría más grande desde que ha sido elegido Papa?”. Francisco le dio la enhorabuena por estudiar Teología, porque “las mujeres que estudian Teología pueden llegar a una profundidad a la que no llegan los hombres”.

“No es solo una alegría, son muchas alegrías. Me gusta cuando puedo estar con la gente, saludarla, cuando puedo conversar con los niños, ancianos, los enfermos. Me ayuda mucho estar con la gente, me hace sentir más joven. Y esto me da mucha alegría. Estas son las alegrías más grandes como Pontífice”, respondió.

"Una educación que no piensa en la mayoría va a la ruina"
La siguiente pregunta fue relativa a la educación universitaria. “Para llegar más alto se llega a cosas malas, por ejemplo, mirar por encima del hombro a las personas. La educación debe ser un crecimiento armónico de la persona. Usar todos los tres lenguajes humanos que tenemos: del intelecto, del corazón, el lenguaje de la mano”.

“Una educación verdadera –continuó– debe armonizar estos tres lenguajes, y así al final de los estudios tendremos a un hombre o a una mujer que siente lo que piensa y lo realiza. La armonía no es equilibrio, pero está siempre abierta al servicio y ahora doy un paso más: una educación que no piensa en la mayoría va a la ruina, una educación involutiva que se mira a sí misma es peligrosa”.

El peligro de los jóvenes comodones, "de sillón"
Como respuesta a cuáles son las preocupaciones y esperanzas de los jóvenes, Francisco aseguró que “son la esperanza del futuro”. “Espero que tengan la fuerza de ir adelante, pero me preocupa una cierta aceleración en las relaciones y en las expresiones que hacen perder a los jóvenes la memoria y las raíces”.

Francisco reveló que su gran preocupación es “que pierdan las raíces culturales, históricas, humanas. Jóvenes sin raíces”.
“Hace unos 26 años vi una película de Kurasawa, 'Rapsodia en agosto', en la que Kurasawa toca el diálogo entre jóvenes y ancianos, en este caso entre nietos y abuelos. Los niños han encontrado las raíces. Las raíces están escondidas, por eso se necesita memoria para encontrarlas”.

“Que los jóvenes –aconsejó– se acostumbren a hablar con los ancianos. Necesitan buscar las raíces de la patria, de la familia, del ser humano”. Y este argumento “va en 3 tiempos: el pasado con la memoria, el presente con el desafío, y el futuro con la promesa”.

También afirmó que “los jóvenes no deben estar quietos, deben estar siempre en movimiento, en todo su ser, pero enraizados en sus raíces. Me preocupan los jóvenes que están quietos, que han llegado ya a los 25 años y se encuentran en un bienestar que les anula. En lugar de ser jóvenes que caminan hacia un futuro, ‘jóvenes de sillón, ‘jóvenes de museo’”.
"La religión no es un invento teatral"
Una estudiante de Myanmar -país que el Papa visitó recientemente-, preguntó sobre la importancia de la religión. Francisco recordó su viaje y se preguntó si la religión es “el opio del pueblo” como dijo Marx.

“La religión no es una invención teatral, sino que nace del ansia del corazón humano de trascenderse y encontrar al absoluto Dios. No podemos hablar de religión sin reconocer en nosotros la importancia de la trascendencia”.
“Todas las religiones hacen crecer. Si encontramos a alguna persona que dice que está al servicio de todas, pero no crece, es un idólatra. Busca solo una compensación con este comportamiento religioso. Como te enseña a trascender de ti mismo a Dios, te enseña a ir hacia los últimos”, añadió el Papa.

“La religión cristiana que yo profeso tiene como regla fundamental adorar a Dios y servir a los últimos. Ahora os digo otra cosa: una de las cosas que hace más mal es ser una persona hipócrita, que dice tener fe, pero vive como un ateo. Este es un testimonio malvado”.

El Papa concluyó: "ahora existe el fenómeno del fundamentalismo: todas las confesiones religiosas tienen un pequeño grupo de fundamentalistas que no responde a la idea religiosa, un refugio socio-político degenerado de la religión”.

“De estos fundamentalistas salen las actitudes al terrorismo que hace daño a los últimos. Y actitudes absolutistas. El absolutismo en la religión está en este grupo. La verdadera religión que te hace trascender e ir adelante en el servicio, en la ayuda a los pobres, y no hace daño. Eso que hace daño es la hipocresía y el fundamentalismo”. 
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