Homilía hoy en Casa Santa Marta

“Edificar la Iglesia, custodiar la Iglesia y purificar la Iglesia”. Sobre estas tres directivas se desarrolló hoy la reflexión del Papa en la homilía de la Misa matutina en Santa Marta, en el día de la dedicación de la Catedral de Roma, “madre de todas las Iglesias”, un título que significa – explica Francisco – no un “motivo de orgullo sino de servicio y de amor”.

Ante todo, “edificar la Iglesia”: pero ¿cuál es el fundamento de la Iglesia? Es Jesucristo, recuerda el Papa.

“Él es la piedra angular, en este edificio. Sin Jesucristo no hay Iglesia. ¿Por qué? Porque no hay cimiento. Y si se construye una iglesia – pensemos en una iglesia material – sin cimiento, ¿qué sucede? Se hunde. Se hunde todo. Si Jesucristo vivo no está en la Iglesia, se hunde”.

“Y nosotros, ¿qué somos?” Se pregunta Francisco. “Somos piedras vivas”, no iguales, cada una diferente, porque “esta es la riqueza de la Iglesia. Cada uno de nosotros construye según el don que Dios ha dado. No podemos pensar en una Iglesia uniforme: esto no es Iglesia”.

Por tanto, “custodiar la Iglesia”, teniendo conciencia – recomienda el Papa – del Espíritu de Dios que habita en nosotros.

“¿Cuántos cristianos, hoy, saben quién es Jesucristo, saben quién es el Padre – porque rezan el Padrenuestro? Pero cuando hablas del Espíritu Santo … “Sí, sí … ah, es la paloma, la paloma”, y se quedan allí. Pero el Espíritu Santo es la vida de la Iglesia, es tu vida, mi vida … Somos templo del Espíritu Santo y debemos custodiar el Espíritu Santo, hasta el punto de que Pablo aconseja a los cristianos que “no entristezcan al Espíritu Santo”, o sea, que no tengan una conducta contraria a la armonía que el Espíritu Santo hace en nosotros y en la Iglesia. Él es la armonía, él hace armonía de este edificio”.

Finalmente, “purificar la Iglesia”, a partir de nosotros mismos.

“Todos somos pecadores: todos. Todos. Si alguien de ustedes no lo es, que levante la mano, porque sería una curiosidad. Todos lo somos. Y por esto debemos purificarnos continuamente. Y también purificar la comunidad: la comunidad diocesana, la comunidad cristiana, la comunidad universal de la Iglesia. Para que crezca”.
Aleteia
Secciones:

    Web oficial de San Juan de Ávila

    Sobre San Juan de Ávila