El Papa Francisco predicó en la misa matinal de la Casa Santa Marta este viernes 24 de noviembre acerca de la necesidad de tener una mentalidad generosa y de gratuidad en la Iglesia.

“Cuántas veces con tristeza entramos en un templo; pensemos en una parroquia, un obispado, no sé…, pensemos, y no sabemos si estamos en la casa de Dios o en un supermercado. Allí hay comercio, incluso está la lista de precios para los sacramentos. Falta la gratuidad. Y Dios nos ha salvado gratuitamente, no nos hizo pagar nada”.


El Papa admitió que muchos responderán que "es necesario tener dinero para hacer que marchen las estructuras, para mantener a los sacerdotes, etc", pero respondió: “Tú da la gratuidad y Dios hará el resto. Dios hará lo que falta”. Que nuestras iglesias – concluyó – sean “iglesias de servicio, iglesias gratuitas”.

Los otros dos grandes temas que Francisco comentó fueron la vigilancia y el servicio. 
Consagrar el templo
Las lecturas, tomadas del Libro de los Macabeos y la segunda del Evangelio de San Lucas, se referían a la purificación del templo. Así como Judas y sus hermanos volvieron a consagrar el templo profanado por los paganos, del mismo modo Jesús echa a los mercantes de la casa del Señor transformada en una guarida de ladrones.

Y al respecto el Pontífice formuló una pregunta: ¿cómo se hace para que el templo de Dios vuelva a ser puro? Su respuesta fue a través de la vigilancia, el servicio y la gratuidad.

“El templo de Dios más importante es nuestro corazón” – dijo el Papa – porque dentro de nosotros habita el Espíritu Santo. Pero, ¿qué sucede en mi corazón?

“¿He aprendido a vigilar dentro de mí, para que el templo, en mi corazón, sea sólo para el Espíritu Santo? Purificar el templo, el templo interior y vigilar. Está atento, está atenta: ¿qué sucede en tu corazón? Quien viene, quien va… ¿Cuáles son tus sentimientos, tus ideas? ¿Hablas con el Espíritu Santo? ¿Escuchas al Espíritu Santo? Vigilar. Estar atentos a lo que sucede en nuestro templo, dentro de nosotros”.
Servir a los necesitados
El Obispo de Roma prosiguió explicando que Jesús “está presente, de modo especial en los enfermos, en los que sufren, en los hambrientos y en los encarcelados”. Él mismo lo ha dicho:
“Y yo me pregunto: ¿sé custodiar aquel templo? ¿Cuido el templo con mi servicio? ¿Me acerco para ayudar, para vestir, para consolar a aquellos que tienen necesidad? San Juan Crisóstomo regañaba a quienes hacían tantas ofrendas para adornar, para embellecer el templo físico y no se ocupaban de los necesitados. ¡Reprendía! Y decía: “No, esto no va bien. Primero el servicio, después las decoraciones”.

Por lo tanto, hay que purificar el templo que son los demás. “Cuando nos acercamos a prestar un servicio – prosiguió diciendo Francisco –, para ayudar, nos asemejamos a Jesús que está allí dentro”.
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